En un nuevo artículo publicado en PLOS ONE se confirma que el Austarlopithecus Sediba tuvo mucha más facilidad para dar a luz que los humanos actuales y otros ancestros nuestros.
El Australopithecus Sediba habitó en el planeta hace dos millones de años. Durante un largo periodo hasta hoy se fue desarrollando la marcha bípeda y el aumento del cráneo. En el artículo de Natalie Laudicina, Frankee Rodriguez y Jeremy DeSilva, de la Universidad de Boston y el Darmouth College, crearon modelos de computadora en 3D de algunos ancestros antiguos y posteriormente, los compararon con humanos y chimpancés modernos.
En primer lugar, el tamaño de nuestros cerebros. Conforme aumentaba su tamaño también lo hacía el cráneo. Hace dos millones de años las cabezas de los Australopithecus eran más pequeñas que las de los Homo Sapiens actuales, entre un 28% y 42% más pequeñas. De esta forma, el bebé no tenía que rotar varias veces dentro del vientre de la madre para poder cruzar el canal del parto como ahora.
En segundo lugar, la marcha bípeda. Andar utilizando sólo dos extremidades aportó beneficios como disponer de otras dos extremidades libres o poseer una visión periférica mucho más amplia para atisbar peligro. Sin embargo, también reportó un gran inconveniente a las mujeres. Nuestras pelvis cambiaron de tal forma que el canal del parto se estrechó.
Así pues, en el artículo se comparaba el proceso del parto en chimpancés, Australopithecus Sediba, Australopithecus Afarensis, Homo Erectus y Homo Sapiens Sapiens. Observaron que el tamaño del cráneo y la marcha bípeda son los indicadores principales por los que el proceso del parto es más doloroso actualmente que hace dos millones de años. Las claves, en definitiva, fueron el aumento del tamaño del cráneo y el cambio de la pelvis que estrechó el canal del parto.