Hoy en día hay cerca de 13.000 armas nucleares viables en el mundo listas para ser lanzadas. Han pasado casi 80 años desde que se detonaron dos bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki y el mundo teme ahora que se repita un hecho como este debido a las amenazas del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
En los ataques de Hiroshima y Nagasaki murieron al menos 129.000 personas. Hasta la fecha, estos son los únicos casos de uso de armas nucleares para la guerra. La creciente tensión en la guerra entre Ucrania y Rusia ha hecho que Vladimir Putin, el líder ruso, haya amenazado en numerosas ocasiones con un ataque nuclear a Europa. Y muchos se preguntan, ¿qué pasaría si mañana estallara una guerra nuclear?
El equipo de AsapSCIENCE ha analizado la ciencia de las bombas nucleares para predecir las probabilidades de supervivencia, tal y como recoge después el medio especializado Science Alert.
El impacto de una bomba nuclear depende de muchos factores, como la hora del día en que se detona, el clima del día en el lugar en el que se lanza, la disposición geográfica del lugar en el que impacta o si detona en el suelo o en el aire. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos predecir de la explosión de una bomba nuclear.
Aproximadamente el 35% de la energía de una explosión nuclear se libera en forma de radiación térmica. Esta radiación viaja a la velocidad de la luz, por lo que primero que se notará será un destello de luz y una masa de calor. Esta luz es la causante de la "ceguera repentina", una forma de pérdida de visión temporal que suele permanecer varios minutos.
AsapSCIENCE pone como supuesto la explosión de una bomba nuclear de un megatón, la cual sería 80 veces más potente que la detonada en Hiroshima pero que no alcanza la capacidad de las bombas nucleares modernas, mucho más potentes.
Con una bomba de ese tamaño, la ceguera repentina afectaría a las personas que se encontraran en un radio de 21 kilómetros a la redonda, aunque la luz alcanzaría 85 kilómetros.
Para las personas que se encontraran más cerca de la explosión, a 8 kilómetros de distancia podrían sufrir quemaduras de tercer grado, pudiendo llegar a causar la muerte si éstas afectan a más del 24% del cuerpo, mientras que hasta los 11 kilómetros se podrían sufrir quemaduras más leves.
Además del calor, la fuerza de una bomba nuclear generaría una onda expansiva que produciría 180 toneladas métricas de fuerza en los primeros 6 kilómetros y la velocidad del viento podría alcanzar los 756 kilómetros hora, pudiendo aplastar objetos y derribar edificios. Los seres humanos pueden sobrevivir a esas presiones, pero los golpes con objetos y edificios podría ser mortal.
Si conseguimos sobrevivir a todo lo anterior, todavía nos quedaría lidiar con los altos niveles de radiación y la lluvia radioactiva. Por el momento, esto son hipótesis, pero existe un mapa interactivo con el que se puede observar qué ocurriría si una bomba nuclear explotase en tu zona.