El experimento, realizado por científicos del King's College de Londres, explica que muchas veces el daño al ADN de la piel ocurre porque aplicamos una capa de crema solar más fina de lo que recomiendan los fabricantes y por debajo del factor de protección que necesitamos.
El estudio evalúa el daño que sufre la piel después de reducir el espesor de la aplicación de protección solar por debajo de 2 mg/cm2, la cantidad usada para lograr la clasificación FPS (factor de protección solar), según lo publica la web de la Agencia SINC.
El test mostró que la aplicación de forma típica de crema solar de FPS de 50 solo llegaba a proteger en un 40% de la defensa esperada.
El experimento con capas más finas
Los participantes recibieron varias dosis de radiación con el fin de replicar las condiciones en destinos estivales como Tenerife, Florida o Brasil.
Un grupo recibió una única exposición a rayos ultravioletas en áreas tratadas con protector solar alto en una capa variable (de 0,75 hasta 2 mg/cm(2)), el otro, recibió exposiciones en cinco días consecutivos con una capa de 2 mg/cm(2), para imitar la exposición prolongada de vacaciones.
Los datos revelan cómo cinco días de exposición a altas dosis de radiación con protector solar a 2 mg/cm(2) causan un daño significativamente menor que la exposición baja durante un día con capas variables de protector solar.
“No hay duda de que los protectores solares proporcionan una protección importante contra el cáncer que causan los rayos ultravioleta del sol. Este estudio cuestiona la forma en que se aplica la crema solar para determinar su efectividad”, explica Antony Young, experto del King's College.
Las biopsias de las áreas de piel expuestas mostraron que los participantes expuestos repetidamente tenían daños considerables en el ADN en las áreas que no recibieron protección solar, a pesar de que la dosis de radiación era muy baja.
Este daño se redujo cuando se aplicó protector solar a un espesor de 0,75 mg/cm(2) y se disminuyó considerablemente cuando se aplicó una capa de 2 mg/cm(2), incluso con dosis de radiación mucho más altas.
Proteger con crema, pero también evitando la exposición al sol
Los investigadores aseguran que el problema surge, porque la mayoría de la gente no usa los protectores solares como son testados por los fabricantes, por lo que es mejor que se use un FSP más alto de lo que se cree necesario para bloquear los rayos cancerígenos.
Nina Goad, de la Asociación Británica de Dermatólogos, subraya cómo esta investigación demuestra por qué es tan importante elegir un FPS de 30 o más.
“En teoría, un factor de 15 debería ser suficiente, pero en el mundo real necesitamos la protección adicional que ofrece un FPS más alto”.
La experta insiste en la importancia de no confiar exclusivamente en el uso de protector solar para protegernos del sol. “También debemos usar ropa y mantenernos a la sombra. Y prestar atención a la forma de aplicarnos el protector solar”, concluye.