Investigadores de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR), la Complutense de Madrid (UCM) y del País Vasco (UPV/EHU) han detectado por primera vez la presencia de fibras microplásticas de poliestireno en la atmósfera de la Antártida.
Según informa la Unidad de Cultura Científica de la UCM, los investigadores también han descubierto la presencia de diferentes aerosoles antropogénicos como el carbono negro, biológicos como bacterias y minerales, entre los que destaca el nitrato de amonio, singenita y fertilizantes de nitrógeno, fósforo y potasio.
El trabajo, que ha sido publicado en la revista científica 'Spectrochimica Acta Part A: Molecular and Biomolecular Spectroscopy', demuestra que ciertos contaminantes que proceden de zonas próximas, del aumento en el número de cruceros turísticos y del intenso tráfico marítimo en el Cabo de Hornos consiguen penetrar la atmósfera antártica.
El estudio se ha realizado en el marco del proyecto 'Caracterización de Aerosoles Atmosféricos en la Antártida' del Ministerio de Ciencia e Innovación, que lideran desde 2018 UNIZAR y UCM, en el que también participan el Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza, la Universidad de la Rioja y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La UCM señala que para la realización del estudio se han tomado muestras atmosféricas, de agua, nieve y suelo que han sido estudiadas aplicando una metodología analítica que se basa en espectroscopía Raman y SEM-EDS. Asimismo, la investigación concluye que la contaminación ambiental "es un hecho en la región antártica".
El coordinador del grupo de investigación Química y Medio Ambiente de la Universidad de Zaragoza, Jesús Anzano, asegura que los contaminantes han sido atrapados en los filtros de aire de un captador ubicado en Isla Decepción, "uno de los enclaves más limpios y puros de nuestro planeta". Con lo cual, el investigador alerta que esto "da muestras de la gravedad y el alcance de la contaminación ambiental".
La Isla Decepción, que se encuentra al noroeste de la península Antártica, acoge desde 1989 la base antártica española (BAE) Gabriel de Castilla, en donde cada verano austral, de diciembre a marzo, decenas de científicos se desplazan para desarrollar sus proyectos de investigación.
"Si bien es cierto que ya se había detectado la presencia de microplásticos en heces de pingüino, es la primera vez que se observa la presencia de estos contaminantes en los filtros de aire debido, entre otras cuestiones, al escaso reciclaje del plástico utilizado, que se disgrega en micropartículas que contaminan las aguas y al aire y por ende, la alimentación de la fauna antártica", concluye Anzano.
Por su parte, el investigador del Departamento de Química Analítica de la UCM, Jorge Cáceres, sostiene que estas son "las primeras" mediciones de aerosoles de partículas microplásticas en la atmósfera antártica.
Por último, Cáceres ha añadido que además, en el marco de la investigación estudiaron el origen potencial de estos aerosoles y el estudio ha revelado cuatro fuentes antropogénicas locales diferentes para las partículas de carbono, junto a un probable transporte de largo alcance en la atmósfera para las partículas microplásticas y bacterianas.