Ya están aquí. Las cigarras que llevan 17 años ‘dormidas’ bajo tierra están empezando a salir a la superficie y a tomar los árboles en busca de refugio de los depredadores. Hay quien las odia, hay quien se las come. Lo que está claro es que estarán por todas partes en varios estados de EEUU al menos hasta el otoño, cuando volverán a sus guaridas y permanecerán allí otra temporadita larga. Así es su despertar visto de cerca.
Bajo tierra, todo cuanto hacen estos insectos es comer las raíces de los árboles. Pasados 17 años, con la tierra ya calentita y anunciando la llegada del verano, las cigarras se aventuran a escalar los troncos de los árboles a salvo de otros insectos y reptiles del suelo, y disfrutan de la pos-hibernación dejando atrás sus caparazones para desplegar las alas.
Se conoce a la especie como ‘cicadas Brood X’. Para muchos, es la primera vez en enfrentarse a la plaga, que por otro lado es un buen síntoma. Ni el cambio climático ha podido con ellas.
Es cuestión de tiempo que vayan conquistando todo el noreste del país, aunque ya se dejan ver desde hace al menos una semana en algunos estados, como Nueva York o Michigan. Las esperan en al menos 15 estados.
Durante todo el verano, las cigarras se dedicarán a invadir los parques con su particular canto, que es realmente la llamada del macho a la hembra para reproducirse. Cuando el encuentro entre ambos sale bien, ponen sus huevos en las ramas pequeñas y los dejan ahí hasta que, pasados unos seis meses, caen al suelo, se entierran... Y vuelta a empezar. Así es el ciclo de las ‘Brood X’.
Las autoridades están informando a la población de que no hay de qué preocuparse: las cigarras no pican a humanos ni a animales, únicamente pueden ser molestas por su ruido, que resulta ensordecedor cuando se juntan decenas de machos, puede que incluso cientos. Las cigarras que mueran se desintegrarán poco a poco y servirán de alimento a la vegetación y otros animales e insectos. Sin duda un espectáculo de la naturaleza que resulta un regalo para entomólogos.