Un monstruo marino que vivió durante la era temprana de los dinosaurios ha sido descubierto en Nevada, Estados Unidos. Un cráneo de casi dos metros ha sido desenterrado y sugiere que este espécimen gigantesco midió más de 18 metros de largo y fue el rey de los océanos en el Triásico.
Los animales más grandes que jamás hayan vivido han ocupado el medio marino a lo largo de la historia. Los cetáceos modernos desarrollaron su gran tamaño durante decenas de millones de años en respuesta al aumento de la productividad de las frías aguas marinas.
Sin embargo, las ballenas no fueron los primeros gigantes marinos en evolucionar. Un grupo de paleontólogos describe un ictiosaurio fósil de 244 millones de años que habría rivalizado en tamaño con los cetáceos modernos. El animal existió como máximo 8 millones de años después de la aparición de los primeros ictiosaurios, lo que sugiere que su especie creció a tamaños colosales extremadamente rápido, evolutivamente hablando.
Si bien a las ballenas les tomó alrededor del 90% de sus 55 millones de años de historia evolucionar hasta convertirse en los gigantes oceánicos que conocemos hoy, los ictiosaurios evolucionaron a tamaños similares en el primer 1% de sus 150 millones de años de historia en la Tierra, revelan los investigadores en un comunicado.
Los hallazgos sugieren que las redes alimenticias marinas del Triásico podrían sustentar criaturas tan masivas, a pesar de la ausencia de muchos productores primarios tras la extinción del Pérmico hace 252 millones de años.
Los ictiosaurios estuvieron entre los primeros vertebrados en prosperar en los océanos después de la extinción del Pérmico y persistieron durante la mayor parte del Mesozoico (entre los 250 y los 66 millones de años).
Los investigadores describen los restos bien conservados de 244 millones de años de una nueva y muy grande especie de ictiosaurio: 'Cymbospondylus youngorum', que se descubrieron en las montañas secas del noroeste de Nevada. Según el cráneo, que mide casi 2 metros de largo, se estima que la criatura tenía más de 18 metros de largo cuando estaba viva, rivalizando con el tamaño de algunas de las ballenas modernas más grandes.
Sin embargo, lo que hace que este hallazgo sea más notable es la edad de la especie. Según los autores del estudio, este ictiosaurio evolucionó solo 2,5 millones de años después de la aparición del pariente ictiosaurio propuesto más antiguo, que tenía menos de un metro de tamaño, y como máximo 8 millones de años después de la aparición del grupo, lo que sugiere una rápida evolución en el tamaño corporal.
"La historia de los ictiosaurios nos dice que los gigantes oceánicos no son características garantizadas de los ecosistemas marinos, lo cual es una lección valiosa para todos nosotros en el Antropoceno", escribieron los paleontólogos Lene Delsett y Nicholas Pyenson a modo de conclusión.
La investigación fue publicada en la revista Science este jueves.