El descubrimiento de la Universidad de Arizona del mayor y más antiguo monumento maya sugiere que esta civilización se desarrolló más rápidamente de lo que los arqueólogos pensaban y sugiere una menor desigualdad social que en períodos posteriores, según publica en la revista 'Nature'.
Ubicado en Tabasco (México), cerca de la frontera noroeste de Guatemala, un yacimiento recientemente descubierto de Aguada Fénix acechaba debajo de la superficie, oculto por su tamaño y bajo perfil hasta 2017. El monumento mide casi 1.400 metros de largo, oscila entre 9 y 15 metros de alto e incluye nueve calzadas anchas, lo que le convierte en el monumento maya más grande y antiguo jamás descubierto, según la datación de radiocarbono.
El monumento fue descubierto por un equipo internacional dirigido por profesores de la Universidad de Arizona en la Escuela de Antropología Takeshi Inomata y Daniela Triadan, con el apoyo del programa de la Universidad Agnese Nelms Haury y con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
Utilizaron la tecnología lidar, o detección y alcance de la luz, que utiliza equipos emisores de láser desde un avión. Los rayos láser penetran en la copa del árbol, y sus reflejos en la superficie del suelo revelan las formas tridimensionales de los elementos arqueológicos.
Luego, el equipo excavó el yacimiento y 69 muestras de carbón con fecha de radiocarbono para determinar que se construyó en algún momento entre 1.000 a 800 a. C. Hasta ahora, el sitio maya de Ceibal, construido en 950 a. C., era el centro ceremonial confirmado más antiguo. Este edificio monumental más antiguo en Aguada Fénix resultó ser el más grande conocido en toda la historia maya, superando con creces las pirámides y palacios de períodos posteriores.
"Utilizando lidar de baja resolución recolectada por el gobierno mexicano, notamos esta enorme plataforma. Luego hicimos lidar de alta resolución y confirmamos la presencia de un gran edificio --explica Inomata--. Esta área está desarrollada, no está en la jungla; la gente vive allí, pero este yacimiento no se conocía porque es muy plano y enorme. Simplemente parece un paisaje natural. Pero con lidar, aparece como un lugar muy bien planificado".
El descubrimiento marca un momento de grandes cambios en Mesoamérica y tiene varias implicaciones, añade. Primero, los arqueólogos tradicionalmente pensaban que la civilización maya se desarrolló gradualmente.
Hasta ahora, se pensaba que las pequeñas aldeas mayas comenzaron a aparecer entre el 1.000 y el 350 a.C., lo que se conoce como el período Preclásico Medio, junto con el uso de la cerámica y algunos cultivos de maíz.
En segundo lugar, el sitio se parece al antiguo centro de civilización olmeca de San Lorenzo, al oeste en el estado mexicano de Veracruz, pero la falta de esculturas de piedra relacionadas con gobernantes y élites, como cabezas colosales y tronos, sugiere menos desigualdad social que San Lorenzo y destaca la importancia del trabajo comunitario en los primeros días de los mayas.
"Siempre se ha debatido si la civilización olmeca condujo al desarrollo de la civilización maya o si los mayas se desarrollaron independientemente --señala Inomata--. Entonces, nuestro estudio se centra en un área clave entre los dos".
El período en que se construyó Aguada Fénix marcó una brecha en el poder, después del declive de San Lorenzo y antes del surgimiento de otro centro olmeca, La Venta. Durante este tiempo, hubo un intercambio de nuevas ideas, como la construcción y los estilos arquitectónicos, entre varias regiones del sur de Mesoamérica. La extensa meseta y las grandes calzadas sugieren que el monumento fue construido para ser utilizado por muchas personas, añade.
"Durante períodos posteriores, hubo poderosos gobernantes y sistemas administrativos en los que se ordenó a la gente que hiciera el trabajo --continúa--. Pero este yacimiento es mucho más temprano y no vemos la evidencia de la presencia de élites poderosas. Creemos que es más el resultado del trabajo comunal".
El hecho de que los edificios monumentales existieran antes de lo que se pensaba y cuando la sociedad maya tenía menos desigualdad social hace que los arqueólogos reconsideren el proceso de construcción.
"No es solo la organización social jerárquica con la élite lo que hace posible monumentos como este --explica--. Este tipo de comprensión nos da importantes implicaciones sobre la capacidad humana y el potencial de los grupos humanos. Es posible que no se necesite necesariamente un gobierno bien organizado para llevar a cabo este tipo de grandes proyectos. Las personas pueden trabajar juntas para lograr resultados sorprendentes".
Inomata y su equipo continuarán trabajando en Aguada Fénix y harán un análisis lidar más amplio del área. Quieren recopilar información sobre los sitios circundantes para comprender cómo interactuaron con los olmecas y los mayas. También quieren centrarse en las áreas residenciales alrededor de Aguada Fénix.
"Tenemos información sustancial sobre la construcción ceremonial --avanza Inomata-- pero queremos ver cómo vivían las personas durante este período y qué tipo de cambios en el estilo de vida ocurrían en esta época".