Fue noticia hace unos años. El Zoo de Almuñécar era un cementerio de animales, con huesos y cadáveres encontrados en sus inmediaciones que nadie se molestaba en identificar. La Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) se preocupó por trasladar a caballos, suricatas, puercoespines y un poni pottoka, pero después el Ayuntamiento de la localidad –propietario del parque– cortó la comunicación. Esta organización vuelve a denunciar ahora que hay ejemplares que siguen en jaulas semiabandonados.
“En septiembre de 2015, tras el cierre del zoo de Peña Escrita, el Ayuntamiento de Almuñécar contactó con nosotros pidiendo ayuda en la reubicación de los animales de éste [zoo de Almuñécar]”, ha comunicado FAADA en nota de prensa.
“Un mes después de recibir la petición del Ayuntamiento, ya teníamos los centros suficientes para acoger a más del 80% de los animales del parque. Pero la falta de respuesta por parte del Ayuntamiento y sus técnicos, retrasó considerablemente el traslado de los animales”, continúa.
Un nuevo veterinario consiguió restablecer la comunicación entre el Ayuntamiento y la organización, y gracias a esto pudo realizarse el traslado de animales a Bélgica, Holanda y parques de España. El último movimiento se hizo en julio de 2018.
“Ante la imposibilidad de rescatar a los más de 70 animales”, lamentaba entonces FAADA, “nos vimos en la obligación de denunciar lo ocurrido ante las autoridades, pidiendo que fuesen ellas las que obligasen al Ayuntamiento a reanudar las gestiones para los traslados”. Tienen conocimiento, además, de que "muchos animales habían fallecido, como por ejemplo los bisontes, el hipopótamo, algunos zorros y lobos", comentan.
Aseguran que, como mínimo en el zoo todavía queda un oso, dos arruís, ñandús, una cabra pirenaica, un Orix Cimitarra, una familia de cabras y un tigre. Lo que FAADA pide nuevamente para estos animales es que “se trasladen los que quedan a un destino donde puedan vivir en las mejores condiciones posibles”, concluye.