Un “extraño accidente", en palabras de los expertos, ha tenido lugar en la playa Boulders cerca de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Más de 60 pingüinos de una especie rara han aparecido muertos por una circunstancia nunca antes observada: la picadura de un enjambre de abejas.
“Las muertes están siendo investigadas”, comunicaron el pasado sábado los agentes del Parque Nacional Table Mountain. Miembros de la Fundación de África Austral para la Conservación de las Aves Costeras (SANCCOB, por sus siglas en inglés) observaron lesiones físicas externas en ninguna de las aves, informan, sin embargo, si se comprobó en la autopsia que todos los pingüinos tenían múltiples picaduras de abejas, y se encontraron muchas abejas muertas en el sitio donde habían muerto las aves.
Por lo tanto, las investigaciones preliminares sugieren que los pingüinos murieron a causa de la picadura de un enjambre de abejas melíferas del Cabo. Ayer también se encontró un pingüino muerto en la playa de Fish Hoek, que el veterinario de SANCCOB ha confirmado que también tenía múltiples picaduras de abeja. Sin embargo, todavía se están analizando muestras para detectar otras posibilidades de toxicidad y enfermedades para descartar cualquier otra causa potencial.
"Estamos agradecidos con todos nuestros socios de conservación, especialmente con SANCCOB y la ciudad de Ciudad del Cabo, por ayudarnos a investigar este evento inusual. No se encontraron más pingüinos africanos muertos en el sitio hoy, y continuaremos monitoreando la situación", ha dicho la doctora Alison Kock, bióloga marina de SANParks.
Los pingüinos africanos, de la especie Sphenicus demersus, más conocidos como pingüinos del Cabo, se encuentran entre las especies más amenazadas del mundo.
La lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) incluye al pingüino africano como "En peligro de extinción" desde 2010, en gran parte por la escasez de alimentos debido a la pesca comercial y las fluctuaciones ambientales. Otras amenazas incluyen: recolección de huevos, recolección de guano, derrames de petróleo, competencia con lobos marinos del Cabo por alimentos, desplazamiento de sitios de reproducción, mortalidad por redes de pesca y depredación por tiburones, gatos salvajes y gaviotas cocineras.
La muerte de decenas de ejemplares por la picadura de las abejas sería una amenaza más de las que enfrenta la especie y no una tragedia de no ser por su crítica situación.