La popularidad de las criptomonedas no paran de crecer y el mercado financiero se está adaptando a esta forma de pago virtual protegida por la tecnología del block chain. Tanto, que hasta los bancos centrales de muchos países están avanzando sus proyectos de monedas virtuales. Pero la tecnología que hay tras estas criptomonedas está muy lejos de ser una tecnología eficiente, en términos medioambientales.
La decisión del multimillonario Elon Musk de dejar de trabajar con Bitcoin ha encendido el debate sobre la huella de carbono de la industria de las criptodivisas. Tan solo dos meses después de que Tesla comenzase a utilizar esta moneda como divisa para la compra de sus vehículos, Musk anunciaba que la compañía deja de aceptar bitcoins como medio de pago.
"Nos preocupa el creciente uso de combustibles fósiles para el proceso de minado de las criptomonedas y transacciones de bitcoins, especialmente el carbón, que tiene las peores emisiones de cualquier combustible", apuntaba Musk. Pero, ¿cuánta energía consumen las criptomonedas?
Según la herramienta de la Universidad de Cambridge que mide el consumo de energía que requiere la red Bitcoin en tiempo real, conocida como 'Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoin de Cambridge' (CBECI, según sus siglas en inglés), se estima que la criptomoneda consume 12,38 gigavatios (GW), lo que se traduce en 140,25 TWh (terawatios hora) al año.
Así, y para hacerse una idea de lo que esta cifra supone, la red Bitcoin se situaría en el puesto 29 entre los países que más energía consumen del mundo, superando a Suecia (131,80 TWh) o Ucrania (128,81 TWh). Por su parte, España se encuentra en el puesto 15 con un consumo de 239,5 TWh.
El estudio también indica que el bitcoin representa un 0,56 por ciento de la producción total de electricidad a nivel mundial y un 0,64 por ciento del consumo total. Asimismo, según el estudio, la producción mundial de energía hidroeléctrica podría cubrir 30 veces el consumo de la red Bitcoin.
Con estos datos, no solo Elon Musk ha manifestado su opinión en contra del Bitcoin. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, mostró hace unos días sus reservas ante los procesos de minado y las transacciones de la criptodivisa de mayor valor. "Es una forma extremadamente ineficiente de realizar transacciones y la cantidad de energía que se consume en el procesamiento es asombrosa", afrimó en un evento en The New York Times.
El principal problema del alto nivel de energía que consume el Bitcoin, y buena parte de las demás criptodivisas, es que tiene tras ello una enorme huella de carbono. Y es que la mayor parte de la energía que consume su proceso de minado y de verificación de transacciones se produce con el carbón. El 75% de los procesos de minado del Bitcoin se realizan en China, un país que todavía tiene una enorme dependencia energética de este combustible fósil.
Parece que la red Bitcoin estaría estudiando la forma de reducir el consumo de energía de sus procesos, además de trasladar a energías renovables la generación de esa energía. El propio Musk, dejaba la puerta abierta a volver a trabajar con esta moneda "tan pronto como la minería pase a una energía más sostenible".
Si bien parece que todas las criptomonedas son relativamente dañinas para el medio ambiente, pues su producción y transacciones se desarrollan mayoritariamente en esas zonas de China, parece que hay algunas que tienen menos impacto que otras. Según datos de la consultora americana TRG Datacenters, las criptodivisas "más verdes" serían el XRP, con 0.0079 de un kilovatio hora (KWh) por transacción, o el Dogecoin, la favorita de Musk, que tiene actualmente una calificación de 0.12 KWh.
El Litecoin tiene con una calificación de 18,522 KWh, mientras el Ethereum, la segunda criptomoneda más popular y valorada, usa 62.56 KWh.