Investigadores del Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información (ITEFI) han desarrollado un test de ultrasonidos para determinar la transpirabilidad de las mascarillas , una técnica que permitirá evaluar la calidad de esta protección facial de manera rápida, sencilla y no invasiva.
La transmisión de ondas ultrasónicas a través de las mascarillas permite comprobar cómo interaccionan las partículas de aire con la mascarilla y con los poros del material, y cuánto resisten los distintos modelos desde las higiénicas a las FFP2 y FFP3.
La técnica, cuyos detalles se han publicado en la revista Ultrasonics, podría determinar la capacidad de filtración y precisar los cambios que sufre una mascarilla en su vida útil y afinar mucho mejor cuánto tiempo deben usarse.
"El estudio consistió en transmitir ultrasonidos, de entre 0,2 y 1,6 megahercios (MHz), a través de diferentes tipos de mascarillas", detalla Tomás Gómez, investigador del ITEFI del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y autor del estudio.
"El ultrasonido se ve afectado, al atravesar la mascarilla, por propiedades de los poros del material como el tamaño, la tortuosidad y la sinuosidad; así como por otros aspectos como el número de capas. Estos parámetros ayudarían a determinar su resistencia al flujo y su eficiencia de filtración", apunta Gómez.
La técnica permite evaluar la calidad de las mascarillas de forma rápida, sencilla y no invasiva, porque no necesita que se aplique ningún líquido entre el material a estudiar y los emisores de ultrasonido.
Los resultados del estudio muestran diferencias destacables en la respuesta al ultrasonido, y, por tanto, en la respirabilidad y en la capacidad de filtración de todas las mascarillas: higiénicas, quirúrgicas, reutilizables o con certificado FFP2 y FFP3.
"En líneas generales, cuanto mayor es la capacidad filtrante de la mascarilla, más opacas son al ultrasonido; y cuanto más respirables son las mascarillas, más transparentes son a las ondas ultrasónicas", afirma.
El primer parámetro analizado, la respirabilidad, hace referencia a la presión necesaria para que el aire atraviese la mascarilla; mientras que el segundo indicador, la filtración, determina la capacidad del material para impedir la propagación de partículas y aerosoles.