Una extraña criatura desconocida para los guardabosques de Cape Lookout National Seashore, en Carolina del Norte, apareció en la orilla el pasado mes de diciembre. Su intriga es tal desde entonces que esta semana se decidieron a compartir la imagen de este ser gelatinoso en sus redes sociales en busca de respuestas. Parece que hay una teoría.
Después de que los guardabosques de la costa de Carolina del Norte publicasen la foto en Facebook, algunos expertos se pronunciaron y parece que tenemos una respuesta: la criatura no es realmente una criatura, sino que se trata de sacos de huevos de un calamar. Esto va en línea con lo pensaron inicialmente los forestales, aunque no estaba seguros porque nunca antes habían visto algo igual.
Pertecen a la especie Lolliguncula brevis, un calamar pequeño que habita en aguas del Atlántico. Es tan diminuto que no interesa a los pescadores, por lo que no suele prestársele demasiada atención.
“Pero son abundantes e importantes en los ecosistemas marinos", dice Ian Bartol, profesor en el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Old Dominion en Virginia, en ‘Live Science’.
A estos sacos se los suele llamar también ‘masa de huevos’, o fregonas, lo cual se entiende por su curioso aspecto. Después de aparearse, las hembras ponen en estos sacos alrededor de 30 huevos que miden generalmente en torno a 2,5 centímetros de largo. Luego el calamar lo deposita seguro en aguas no muy profundas, donde se entrelazan con las algas, como vemos en la imagen.
Lo más seguro, en este caso, es que las fuertes corrientes marinas arrastrasen el saco hasta la arena de Shackleford Banks, una de las islas de Cape Lookout National Seashore. Allí los huevos no pudieron sobrevivir, aunque hay que destacar que existen pocos depredadores de estas masas gelatinosas, si acaso algunos gusanos, cangrejos o peces. Es cuando nacen cuando se convierten en un alimento interesante para varias especies.
Al alcanzar la madurez, estos animales no miden más de 12 cm de largo, detalla el Departamento de Recursos Naturales de Carolina del Sur. Pero son resistentes. Pueden vivir en aguas de baja salinidad, algo muy raro en cefalópodos. Además toleran un rango de temperaturas bastante alto, y nadan tanto hacia adelante como hacia detrás. Estas habilidades lo convierten en una especie muy interesante para la ciencia con una alta capacidad de supervivencia (cuando no son devorados como crías).