Sandra es una orangutana de 33 años que vive desde hace unos meses en el Centro de Grandes Simios de Florida con 21 amigos de su especie. Sus cuidadores acostumbran a compartir fotos de su día a día, comiendo mangos, balanceándose, descansando… Y desde hace unos días, lavándose las manos. De llegar a los primates, el coronavirus podría ser tan letal como en los humanos, por ello toda medida es poca para evitarlo.
Un estudio reciente sugiere que el ADN que compartimos en casi el 100% con los primates es un indicativo de cómo podría afectarles el COVID-19. Dado que su población es cada vez menor y que algunas especies como el gorila oriental de planicie y el orangután de Sumatra están en peligro de extinción, esto ha puesto alerta a los espacios protegidos donde habitan. Entre ellos, el centro de Estados Unidos donde vive Sandra.
Sus tutores la describen como "dulce y curiosa". Puede que eso sea lo que le haya llevado a aprender tan rápidamente a lavarse las manos: "Durante más de 20 segundos. ¡Buen trabajo, Sandra!", comentaba la protectora en la publicación. Su éxito estas dos semanas la está dando a conocer, y quién sabe servirá además para enseñar a los pequeños a frotarse bien.
Como sus compañeros, recibe los mejores cuidados, además de contar con unos derechos aprobados por ley gracias a una organización argentina llamada Asociación de Funcionarios y Abogados por el Derechos de los Animales (AFADA), que peleó para que dejara de estar en exposición en el zoo y fuera tratada como 'ser sensible'.
Hace poco, la protectora compartía la siguiente imagen de Sandra celebrando su cumpleaños:
El temor por los orangutanes y gorilas ha llevado a otras reservas naturales a cerrar sus puertas a los turistas para evitar el contagio, como ha sucedido en el Congo y Ruanda. En el pasado algunos visitantes han ignorado las recomendaciones y se han acercado demasiado a los simios, lo cual ha dado lugar a otras enfermedades respiratorias que les han traído problemas.