Después de cincuenta años de búsqueda, un minucioso trabajo de investigación ha permitido encontrar la primera evidencia de Odderon, una cuasipartícula mítica cuya existencia se planteó como hipótesis en 1973. El hallazgo arroja luz sobre la composición fundamental de toda la materia del universo, indican los investigadores de la Universidad de Kansas que han participado en el estudio.
Según recoge 'Science Alert', Odderon es una combinación de partículas subatómicas más que una nueva partícula fundamental, pero que sin embargo se comporta como esta última en algunos aspectos. La primera hipótesis sobre Odderon surgió bajo la teoría de Regge de interacciones fuertes entre quarks y gluones, descrita en la cromodinámica cuántica.
La partícula Odderon es lo que se forma brevemente cuando los protones chocan en colisiones de alta energía y, en algunos casos, no se rompen, sino que rebotan entre sí y se dispersan. Los protones están formados por quarks y gluones, que forman brevemente partículas de Odderon y Pomeron.
Finalmente, un equipo de investigación sueco-húngaro ha logrado identificar la Odderon tras un análisis detallado de dos grupos de datos del Gran Colisionador de Hadrones en el CERN (Suiza) que alcanzó la probabilidad de 5 sigmas que los investigadores usan como umbral.
"Esto significa que si Odderon no existiera, la probabilidad de que observemos un efecto como este en los datos por casualidad sería de 1 en 3,5 millones", explica en un comunicado el físico Cristian Baldenegro de la Universidad de Kansas.
"¡Este es un hito en la física de partículas! Es fantástico contribuir a una mayor comprensión de la materia; los bloques de construcción fundamentales de nuestro mundo", ha asegurado en otro comunicado Roman Pasechnik, investigador de física de partículas en la Universidad de Lund, que también colaboró en el hallazgo, enviado para su publicación en Physical Review Letters y que está disponible de manera preliminar en arXiv.
A través de extensos análisis de datos de colisiones elásticas protón-protón y protón-antiprotón, los investigadores pudieron concentrarse en la nueva partícula. El análisis tomó varios meses, pero finalmente dio sus frutos. "Trabajamos con algunos de los mejores físicos de partículas del mundo. Se sorprendieron cuando publicamos nuestros resultados", concluye Roman Pasechnik.