A casi todos nos vendría bien una operación detox digital: toma nota de estos trucos para que sea efectiva
Las nuevas tecnologías y su abuso impactan en las relaciones familiares y personales
El abuso de la tecnología impacta en nuestra capacidad de concentración
Si hiciéramos el experimento de contabilizar los minutos (horas) al día que pasamos mirando una pantalla, seguramente nos llevaríamos una sorpresa muy desagradable. Hay ciertos ratos que resultan inevitables. Por ejemplo, los relacionados con el trabajo. Sin embargo, herramientas como las redes sociales y demás aplicaciones de todo tipo pueden llevarnos a consumir nuestro preciado tiempo de la forma más inútil y casi sin que nos demos cuenta. Lo peor es todo lo que dejamos atrás: tiempo para leer, para quedar con nuestros seres queridos, para ir a un museo, para ver una buena película... Si estás decidido a hacer un detox digital para ‘resetear' tus hábitos y priorizar mejor a la hora de administrar tu tiempo libre, toma nota de estos consejos.
Trucos para hacer un detox digital y respetar tus rutinas
No es ningún secreto que las nuevas tecnologías nos absorben y acaban acaparando muchísimas horas de nuestro día a día. Si las sumáramos todas, nos llevaríamos un buen susto. No se trata solo del tiempo que pasamos enganchados a estos dispositivos, sino de la frecuencia con que necesitamos comprobar si tenemos alguna nueva notificación. Esto se traduce en problemas de concentración y en la imposibilidad de poner el foco en una sola tarea de forma profunda y prolongada.
El uso excesivo del móvil y su impacto en las relaciones sociales
Esta necesidad de conexión constante tiene mucho que ver con ese sentimiento de culpa que experimentamos cuando dejamos un email, una llamada o un mensaje sin contestar: hemos asumido la supuesta obligación de estar permanentemente presentes y conectados, y nos negamos la posibilidad de posponer la respuesta y pausar el diálogo, a pesar de todas las ventajas que ello pueda suponer.
Un vídeo arremete contra nuestra adicción al móvil
No es casualidad que miles de personas en todo el mundo necesiten una urgente desintoxicación digital: los dispositivos y aplicaciones que utilizamos están pensados para engancharnos y conseguir que pasemos cada vez más tiempo en ellos. Por eso, a veces la mejor forma de reconducir la situación es optar por una ‘terapia de choque’ que nos lleve a prescindir de dispositivos durante horas o (mejor) días. Estos son algunos consejos para que tu detox digital funcione:
Elige un buen momento. Por ejemplo, el fin de semana o unas vacaciones. Se trata de que no tengas pendiente ningún tipo de contacto que se lleve a cabo a través de estos dispositivos. Si puedes apagar tu teléfono durante todo el fin de semana sin que se caiga el mundo, mejor que mejor. Y si puedes evitar usar tu portátil, tu tableta o incluso tu televisor... te darás cuenta de la cantidad de tiempo que tienes en tus manos y que desaprovechas diariamente. Puede ser de ayuda avisar a tus contactos para que sepan que no van a obtener respuesta si esperan que te comuniques con ello a través de redes sociales, de WhatsApp... El límite lo pones tú.
Elige tus herramientas de contacto mínimo. Si quieres que los dispositivos y sus aplicaciones no te dominen, deberás hacer una verdadera criba y seleccionar cuáles quieres que se queden contigo y cuáles no. También deberás valorar en qué momento activar cada servicio concreto. Por ejemplo, puedes bloquear tu correo electrónico fuera del horario laboral, restringir el uso de redes sociales a partir de cierta hora del día... Si estás en plena operación detox, lo mejor es, sin duda, el apagón total durante el máximo tiempo posible para que, cuando vuelvas a la realidad, te sea más sencillo distinguir qué es importante y qué no.
Crea espacios y situaciones libres de tecnología. Por ejemplo, tu dormitorio, los lugares de naturaleza, el gimnasio... Del mismo modo, puedes imponerte reglas como no tocar el móvil durante las comidas o reuniones con amigos o familiares. Puede que seas el único, pero desde luego eso no debería frenarte. Se trata de tomar el control y favorecer la verdadera comunicación, el descanso y la vuelta a las tareas placenteras que tenías abandonadas y que te permiten concentrarte en ti y en tus pensamientos. Abandonar tus dispositivos en un cajón o en un lugar lejano puede ayudarte a resistir el impulso.
Evita las notificaciones. Un gesto tan simple como desactivar las notificaciones de tus aplicaciones puede ahorrarte muchas horas de pantalla. El objetivo es que solo chequees tu móvil cuando verdaderamente lo necesites, y no cada 5 minutos.
Retoma otras actividades. Sobre todo las que requieran paciencia y concentración. Deporte y ejercicio, meditación, paseos al aire libre, lectura, escritura, fotografía, visitas culturales... Algo tan necesario como dedicarnos tiempo a nosotros mismos se ha convertido en excepción debido al tiempo que pasamos conectados explorando (la mayoría de las veces) contenidos que no nos aportan nada bueno.
Vuelve al despertador de toda la vida. Y saca tu móvil de la habitación para dormir. Es una gran manera de evitar que lo primero que veas por la mañana sea tu teléfono y, con él, la lista de redes sociales que tengas asociadas a tu terminal.
La ansiedad es temporal. Aunque al principio es normal que te sientas ansioso (todo cambio en nuestros hábitos puede provocar este efecto), poco a poco te sentirás más calmado y aprenderás a disfrutar de tu nueva rutina.