Si pensabas que eso de los juegos mentales era cosa de humanos, estás confundido. Existen unas cigarras que la Universidad de West Virginia ha bautizado ‘zombies’ que, a pesar de su tamaño, actúan a las órdenes de un diminuto parásito, el hongo Massospora. Este consigue manipularlo y así, hace que infecte a otros.
La investigación, "Traición conductual: cómo selectos parásitos fúngicos reclutan insectos vivos para hacer sus órdenes", se ha publicado en la revista PLOS Pathogens.
Sin saberlo, las cigarras a las que lava el cerebro el Massospora participan en engaños con sus compañeros insectos. Como resultado, transmiten una enfermedad tal y como quiere el parásito. Funciona únicamente con los machos. Hace que muevan sus alas como si fueran hembras para invitar al apareamiento, y de esta manera infecta a otras cigarras masculinas.
Es cuestión de química. El hongo psicodélico contiene sustancias que logran esa manipulación. Algunas son las mismas que se encuentran en los hongos alucinógenos. La utilización de la cigarra llega hasta el punto de mantenerlo despierto muchas horas seguidas para seguir transmitiendo el patógeno.
En cuanto al hongo parásito, lo que hacen las esporas de Massospora es roer los genitales, el trasero y el abdomen de una cigarra, reemplazándolos con esporas de hongos.
"Es casi seguro que hay especies de Massospora sin descubrir , sin importar los otros hongos AHT (transmisión activa del huésped), y cada uno de ellos habrá desarrollado su propia conexión íntima con la biología de su huésped", ha recalcado en el comunicado el investigador Brian Lovett, coautor del estudio del Davis College of Agriculture, Natural Resources and Design.