Más allá de la catástrofe que sufren quienes han perdido todo, sus casas, medios de vida… la erupción del volcán de La Palma deja otro problema secundario que complica la vida a los palmeros. La ceniza que expulsa el volcán de Cumbre Vieja y que se extiende por toda la isla.
Además de la nube de gases tóxicos que emana del volcán de La Palma, este también expulsa ceniza. En las zonas próximas a Cumbre Vieja, la acumulación de ceniza supera un metro pero en localidades más lejanas, como El Paso o incluso la capital, Santa Cruz de La Palma, la ceniza, si llueve puede convertirse en un problema.
Ya hemos visto cómo los bomberos quitaban ceniza de los tejados de las casas porque la lluvia podría hacerlos colapsar por el peso. Según ha explicado David Calvo, técnico de INVOLCAN, en una entrevista en Informativos Telecinco, uno de los cráteres sigue emitiendo gran cantidad de ceniza.
La ceniza volcánica se produce por partículas de polvo que son emanadas desde el cráter, suele medir dos milímetros de espesor y está compuestas principalmente por rocas y minerales tanto de la superficie del volcán, como de la lava. La ceniza es expulsada mediante una columna de humo vertical hacia la atmósfera o disparada violentamente junto con los gases y otros materiales de mayor dimensión en un flujo piroclástico.
La ceniza se produce en las erupciones. El magma al acercarse a la superficie del cráter, liberan gases que suelen reducir la presión, y esto a su vez fragmenta el material rocoso en pequeñas partículas finas hasta convertirlas en polvo.
La composición de la ceniza depende los materiales que expulse un volcán. No obstante, la sílice, un cementante natural, está presente siempre y por eso muchas veces este polvo suele volverse difícil de trabajar cuando se humedece. De ahí que los vecinos se apresuren a quitarlo antes de que llueva, cuando puede generar además, una masa muy pesada. Los bomberos la están retirando de los tejados de las casas para evitar que estos colapsen.
La ceniza es perjudicial para el ser humano si se respira. Puede ser irritante, molesta y dificultar la respiración. También impide el desarrollo de animales y plantas. En el caso de estas últimas si se acumula mucha ceniza pueden no poder hacer la fotosíntesis.
Sin embargo, la ceniza puede tener una utilidad. La industria automotriz ha encontrado en la ceniza volcánica la posibilidad de un aprovechamiento. Algunos especialistas señalan que el óxido de silicio del polvo volcánico puede emplearse como si de fibra de vidrio se tratara para las tapas de bocinas traseras o como aditivo en algunas pinturas.
La industria textil también ha sacado provecho de la ceniza volcánica, que es capaz de desgastar la ropa así como generar diferentes texturas, principalmente en pantalones de mezclilla. Sirve de forma similar a la conocida como piedra pómez.
Investigadores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) de México ha propuesto hasta 14 usos para utilizar ceniza volcánica: desde artesanía hasta la preparación de superficies para pintar o recubrir en la industria automotriz. Y también aunque resulte más extraño, para la higiene. De hecho, puede ocuparse en partes por millón en la elaboración de pastas de dientes. “Parte del material volcánico es biocompatible, no tiene ninguna reacción con el cuerpo humano. La característica de la ceniza permitiría ayudar a eliminar el sarro en los dientes. La ceniza no es tóxica —en pequeñas cantidades—, por eso permite múltiples aplicaciones. Lo que no se puede hacer es ingerirlo o usarlo como una crema de manos. Tampoco puede estar en contacto con los ojos porque causa problemas de irritación”,
Los 14 usos que han desgranada estos expertos son las siguientes:
Sellar superficies a pintar o recubrir.
Remover oxidación e impurezas.
Quitar pintura y otros acabados.
Esmerilar vidrio y acrílico.
Matizar metales no ferrosos.
Pulir materiales opacos.
Limpiar moldes permanentes para fundición.
Avejentar la madera.
Retirar impurezas de soldadura.
Renovar partes de maquinarias.
Elaborar pasta de dientes.
Remover placas de concreto.
Obtener material para artesanías.
Enriquecer la tierra de jardines y macetas.
Fabricar ladrillos, especialmente resistentes.