Cada padre y madre tiene sus propias ideas para enfrentar o no la maternidad: Hay una gran cantidad de factores a tener en cuenta al decidir tener un hijo, que pueden ser la estabilidad financiera, los objetivos y aspiraciones personales o la accesibilidad a la manutención infantil. En esta lista ahora aparece el cambio climático, según revela un estudio de la Universidad de Arizona.
Los investigadores han descubierto que muchos jóvenes de entre 18 y 35 años consideran la adopción como una alternativa más "responsable" que tener hijos. Sabrina Helm, profesora de la Escuela Norton de Ciencias de la Familia y el Consumidor de la Universidad de Arizona, y responsable del estudio buscaba determinar si el cambio climático era una preocupación que afectaba las decisiones de las personas de tener un hijo.
La mayoría de los participantes dijeron que les preocupaba que tener hijos contribuyese al cambio climático, ya que más hijos significa una mayor huella de carbono y un mayor uso de recursos como los alimentos y el agua.
Algunos de los encuestados, 27 personas afirmaron que sentían que tener más de dos hijos es problemático y egoísta, y que la adopción es una opción más responsable. "La adopción fue vista como la alternativa baja en carbono", explicó la investigadora.
“Para muchas personas, la cuestión de tener hijos o no es una de las más grandes que enfrentarán en sus vidas. Si uno está preocupado por cómo será el futuro debido al cambio climático, obviamente tendrá un impacto en cómo ve esta decisión tan importante en su vida ", argumentó la profesora e investigadora.
El tercer tema común entre los jóvenes fue el miedo a cómo podría ser el futuro del planeta. En las entrevistas y comentarios aparecen expresiones de culpa y un sentimiento de dilema ético. En contraste, sin embargo, algunos participantes sugirieron que la misma noción de tener niños brindaba la esperanza de un futuro "más brillante": "Había una esperanza de que las generaciones futuras hicieran el trabajo y mejoraran las cosas", dijo Helm.
Un estudio de 2009, sobre reproducción y el legado de carbono de los individuos, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, reveló que el 'legado de carbono' de un niño puede producir 20 veces más gases de efecto invernadero de lo que una persona ahorrará adoptando un estilo de vida con bajo nivel de emisiones.
Descubrió que por cada padre, un niño agrega 9.441 toneladas métricas de dióxido de carbono a su huella de carbono.
Uno de sus autores, Paul Murtaugh, dijo al Centro para la Diversidad Biológica: “En los debates sobre el cambio climático, tendemos a centrarnos en las emisiones de carbono de un individuo a lo largo de su vida. Esas son cuestiones importantes y es fundamental que se consideren.
“Pero un desafío adicional al que nos enfrentamos es el continuo crecimiento de la población y el aumento del consumo mundial de recursos. El crecimiento futuro amplifica las consecuencias de las elecciones reproductivas de las personas en la actualidad