Antonio Alcamí, virólogo: "El contagio por aerosoles es relevante, no nos podemos quedar de brazos cruzados"
Hablamos con Antonio Alcamí, virólogo e investigador del CSIC, experto en la detección de virus en el aire
Insiste en que "los aerosoles tienen un papel relevante" en el contagio de covid en lugares cerrados: podemos no estar seguros a dos metros
Alcamí asegura que hay evidencia suficiente sobre la transmisión aérea de este virus, pero no quiere hablar de cifras: "Es difícil cuantificar cuál es la vía principal de contagio"
Hay que evitar los extremos, pero tampoco quedarse de brazos cruzados. El virólogo Antonio Alcamí se mueve entre la prudencia y la precaución cuando habla de este asunto: la transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 a través de aerosoles, es decir, a través del aire.
No se atreve a asegurar que sea la principal vía de contagio, como sí han hecho otros científicos recientemente, pero asegura que hay evidencia suficiente como para tomar más medidas al respecto. "Los bares y restaurantes, por ejemplo, son una situación de alto riesgo que hay que controlar", asegura.
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Junto a su equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, Alcamí trabaja en la detección del virus en el aire en ambientes hospitalarios. Y ya tiene resultados: "hemos visto menos del que esperábamos, los hospitales están más limpios de virus de lo que uno esperaría". De todo ello hablamos en esta entrevista.
Pregunta: Hace unos días, varios científicos publicaban una carta en Science advirtiendo sobre el contagio por aerosoles
Respuesta: No lo sé. En esto no tiene sentido ser tan extremista. Hay distintas formas de contagio. Sobre las gotas que permanecen en el aire, hay evidencia que demuestra que permanecen en una habitación durante un tiempo, mayor o menor dependiendo de la ventilación, y recientemente se ha demostrado que esas gotas en suspensión contienen infectividad del virus. Con esos datos en la mano, hay un riesgo de que sea mecanismo de transmisión.
¿Cuánto riesgo? Esos valores ya dependen de las condiciones de las que estemos hablando. Hay que ponerlo en contexto. En un bar cerrado, por ejemplo, si estamos sin mascarilla y pegados unos con otros, esta vía puede tener una importancia enorme, supondría el 80% de la transmisión. Pero yo intento evitar los extremos. Cada mecanismo tiene su importancia, dependiendo del contexto.
P: ¿Pero por qué se resisten tanto la OMS y los CDC estadounidenses a aceptarlo como vía de transmisión? Después de muchas idas y venidas, lo han acabado aceptando, aunque no como vía principal.
R: No lo sé. Pero si están esperando a que haya un dato científico seguro sobre la dosis infecciosa (saber cuánta infectividad necesito para infectar a una persona), dentro de un año seguiremos hablando de esto… porque es muy complicado conseguir ese dato. No lo vamos a saber en mucho tiempo.
Yo lo que creo es que, si hay evidencias suficientes de que la transmisión por aerosoles puede tener un papel relevante, no nos podemos quedar de brazos cruzados hasta que pasen tres años y se demuestre con pelos y señales, se deberían empezar a dar más recomendaciones.
Los bares y restaurantes, por ejemplo, son una situación de alto riesgo que hay que controlar. Es difícil, pero hay que hacer algo, y está claro que están siendo un factor importante. Confinar Madrid y dejar abiertos bares y restaurantes es una pérdida de tiempo. No es una medida eficaz, porque hay sitios donde se va a mantener ése contagio. La solución no es fácil, pero a lo mejor puedes cerrarlos dos semanas, por ejemplo, y el efecto sería mejor que estar a medias tintas durante dos meses.
P: Hay otro argumento que utilizan quienes cuestionan el papel de la transmisión aérea en este virus. Que los virus que se transmiten por aerosoles tienden a tener un R0 (factor de transmisión) más alto del que tiene este.
R: Sí, en las infecciones en las que está demostrada claramente esta vía, el R0 suele ser muy alto (en el sarampión, por ejemplo, es de entre 12 y 18), y en este virus ése número reproductivo no es tan alto (está en torno a 3). Vale, entonces a lo mejor no supone el 80% del contagio, pero sí el 40%... porque a lo mejor la dosis infecciosa es mayor en este, y por eso es menos eficaz, pero esto aún no lo sabemos. Puede que el contagio por esa vía no sea tan eficaz, pero existe. Aunque insisto, siempre hay que ponerlo en contexto. La biología no es de extremos.
P: La OMS, los CDC y los responsables de salud pública en general, ¿tendrían que cambiar sus recomendaciones? ¿Lo que hacemos hasta ahora no vale?
R: Hay que cambiarlas en el sentido de avisar más de que eso puede ser un riesgo. El problema de esto es que, si tú lo aceptas como forma principal de transmisión, las implicaciones son muy importantes. Tendrías que hacer lo que están haciendo en Cataluña, que es cerrar todos los bares y restaurantes: evitar un sitio cerrado sin ventilación y sin mascarilla.
Ése es el problema, que sería un problema importante para España. Si nos ponemos en la piel de los políticos, es difícil. Yo soy científico y sé que es relevante tenerlo en cuenta, pero si fuera el Ministro de Sanidad a lo mejor pediría más evidencias.
P: Los científicos de la carta de Science hablan de “evidencias abrumadoras”.
R: La evidencia es abrumadora en el sentido de que ha habido ejemplos claros (el del coro, el del restaurante, el del autobús…) de contagio masivo por un solo contagiado. Eran casos de supercontagiadores, pero en esas situaciones hubo una clara transmisión aérea. Yo creo que los científicos se refieren a esos casos.
P: Sabiendo que el contagio por aerosoles es relevante, en cualquier caso, sea o no el mayoritario, ¿ya no estamos seguros a dos metros? ¿No hay distancia segura en interiores?
R: Ése es el problema. Si aceptamos que pueda tener una relevancia, vamos a suponer, en al menos un 30% de los contagios, eso ya tendría muchas implicaciones. Si yo estoy comiendo en un sitio cerrado sin mascarilla a 3 metros, ya no estoy seguro. La solución pasa por ventilar mucho más, y que cuantas más actividades hagamos en el exterior, mejor. Pero me niego a entrar en discusiones de cifras. Depende de las situaciones. Estoy de acuerdo en que a la transmisión aérea se le ha dado menos importancia de la que tiene, pero no sé qué porcentaje se produce por una vía u otra. Es difícil cuantificar qué vía es la mayoritaria.
P: Pero en esos casos concretos, como el del restaurante, ¿estamos seguros, sabiendo ahora lo que sabemos?
R: Los aerosoles son relevantes y tenemos que evitar estar en situaciones en que puedan transmitir. Yo no puedo estar seguro a 4 metros de distancia en un restaurante si no está bien ventilado, no podemos estar seguros cien por cien de que no haya riesgo. Si estoy sentado en una mesa con más gente, dentro de mi grupo el riesgo es alto, pero a 4 metros el riesgo tampoco es cero. Si no ventilamos, el riesgo aumenta mucho.
El problema es que debe haber una concentración de virus suficiente en el aire para que me infecte. Y esa no la conocemos. Es lo que hablábamos antes de la dosis infectiva. Ya hay evidencia de que hay partículas virales en el aire, pero ¿son infecciosas? En el laboratorio, hemos visto que la infectividad en aerosoles se puede mantener hasta 12 horas en el aire. Ahora, un estudio de la Universidad de Florida acaba de demostrar que a 5 metros de distancia, hay infectividad en el aire. Se ha demostrado en un hospital, y es un paso muy importante.
P: Y las mascarillas que estamos utilizando –quirúrgicas, en su mayoría-,¿valen para protegerse frente a los aerosoles? ¿O sólo frente a las gotas más grandes?
R: Las quirúrgicas tienen un papel importante, no te van a reducir al 100% el riesgo de contagio, pero sí te quitan el 90 %. Si todo el mundo lleva una quirúrgica y reducimos el riesgo del 100% al 10%, ya es mucho, y si sobre eso ventilamos, ya nos vamos a un 1% de riesgo, en vez del 100%. Todo suma.
P: Usted ha dicho que el problema con los aerosoles parte de la dificultad técnica para demostrar que un aerosol en suspensión es infeccioso, que no es fácil detectar virus en el aire y que hay un problema con los métodos de captación.
R: Sí, el problema es que son métodos poco eficaces, no los conocemos bien. Es una ciencia que no está muy desarrollada todavía. Hay muchos estudios en bacterias, pero en virus hay muy pocos. Los métodos de captación están captando cosas pero no sabemos cuánto captan.
P: ¿Y no deberían ser optimizados precisamente ahora? Si no es ahora…
R: Por supuesto.
P: Recientemente ha asegurado que ustedes ya tienen “métodos que están funcionando”. Los han aplicado para detectar virus en el aire en el Hospital de La Paz en Madrid y en el Severo Ochoa de Leganés. ¿Qué resultados han visto?
R: Hemos hecho un estudio en esos hospitales, pero todavía no está publicado. Somos capaces de detectar virus en el aire, sí, y hemos visto menos del que esperábamos. En Urgencias sí hay bastante, pero claro, es donde más esperábamos encontrar. En las UCIs, en cambio, no detectamos apenas, y eso es buena señal, indica que las medidas de precaución son buenas. No hay tanto riesgo ahí como pensábamos. Y tampoco hay apenas virus en pasillos ni en la entrada del hospital. ¿La conclusión? Que los hospitales están más limpios de virus de lo que uno esperaría. Nuestro objetivo, ahora, es utilizar esto como método de seguimiento.
P: ¿Y se plantean hacer lo mismo en otros lugares, como colegios, oficinas, medios de transporte…?
R: Sí, a mí me gustaría extender estos estudios a otras zonas. Para poder saber cómo reducir el riesgo, o el papel de la ventilación, es importante monitorizar la cantidad de virus que hay en el aire, y que eso nos permita tomar medidas Somos un laboratorio pequeño, pero me gustaría poder extender el estudio al transporte, a colegios, a restaurantes, aunque es un proceso lento y complicado. No es fácil poner los detectores, no todo el mundo querría. El objetivo es poder monitorizar para evaluar el riesgo de contagio cada espacio. Pero hay que desarrollar mejores métodos e invertir más dinero en ello.
P: Usted insiste, desde hace tiempo, en la importancia de ventilar interiores. Ahora, además de eso, se están recomendando muchoinsiste, desde hace tiempo, en la importancia de ventilar interiores. los filtros HEPA
R: Lo de medir el CO2 es una forma de monitorizar, es muy buena medida. No es realista tener un medidor de virus, pero sí estos sensores que nos informan sobre lo bien o mal ventilada que está la habitación. Y los filtros HEPA son eficaces. Los hay que filtran los virus, bienvenidos sean. Pero es un método bastante costoso. No sé si es imprescindible. Los medidores sí son muy importantes.
P: ¿Y qué pasa con los sistemas de aire acondicionado? No parecen ser un buen aliado en este momento, pero están por todas partes, vivimos con ellos.
R: Por un lado, están los edificios inteligentes, que tienen una toma de aire del exterior. Ahí la propuesta es incorporar cuanto más aire de fuera, mejor. Hay que reajustar los equipos para que haya más renovación de aire del exterior. En cuanto a los aires acondicionados estáticos que podamos tener en la habitación, ahí puede estar recirculando aire potencialmente infeccioso, así que siempre que se pueda, es mejor ventilar.
P: Como virólogo, ¿cuándo cree que podremos tener controlado a este nuevo virus y vivir con cierta normalidad?
R: Eso depende de la inmunidad de rebaño y de las vacunas. Me gustaría pensar que para dentro de un año estaremos en mejores condiciones, pero el virus va a segur aquí. Desde luego, no vamos a erradicarlo en dos años. Para controlarlo, yo creo que ha de pasar al menos año y medio.