La decadencia de la Amazonia: los incendios y la deforestación baten un nuevo récord
En julio de 2020 se han detectado unos 7.000 focos de incendios en la Amazonia
Hasta junio, se han deforestado unos 1.900 km2 de selva, un 25% más que en 2019
2020 es el año con la mayor pérdida de selva tropical de la última década
El año pasado por estas fechas los incendios y la tala de la Amazonia conmovían al mundo entero. “Arde el pulmón del planeta”, leíamos por todas partes. Pero el 2020 podría ser más crítico incluso a pesar de que las redes sociales no se indignan como lo hicieron. Solo hasta junio, se han deforestado unos 1.900 kilómetros cuadrados de selva, un 25% más que en 2019, más o menos el mismo incremento que se ha observado en el fuego. Se trata de un récord en la última década.
La práctica de deforestar y abrasar la selva tropical para despejarla para el pastoreo de ganado y plantar cultivos es de sobra conocida por Jair Bolsonaro. Puede decirse objetivamente que lo promueve. Aunque la presión de los gobiernos europeos ha hecho mella y el presidente brasileño ha promovido medidas anti-deforestación e incendios por primera vez en 2020, lo cierto es que la decadencia de la biomasa sigue siendo noticia.
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Casi 7.000 incendios en julio
Por el momento, 2020 es ya el peor año la de la última década. El Instituto Nacional de Estudios Espaciales (INPE) registró en junio 2.248 focos activos de incendio, que suponen unos 370 más que el año anterior el mismo mes. Solo en 2007 se habían superado los 2.000 focos en junio.
En el conjunto de julio el dato fue a peor, de nuevo yendo más allá de la marca de 2019: 6.803 frente a los 5.318 hace justo un año. Se registraron más de 1.000 incendios en un solo día el 30 de julio de 2020, “un récord de 15 años”, dijo el portavoz de Greenpeace, Rómulo Batista, “y muestra que la estrategia del gobierno de operaciones de espectáculos mediáticos no está funcionando en el terreno", continuaba.
"Es una cuestión de crimen organizado”
En una entrevista reciente con ‘El País’, uno de los inspectores del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) que no ha dado su identidad decía lo siguiente: “No es algo disperso. Es una cuestión de crimen organizado”, comenzaba. “Cuando actúas en un área crítica, desmantelas toda la estructura de crimen ambiental, de usurpación de recursos y tierras públicas. No vas para multar a una sola persona”. Esta institución ha participado en la Operación Verde Brasil 2 que arrancó en mayo de 2020, que, se suponía, frenaría la deforestación y los incendios en la Amazonia.