Según explica la propia Agencia Espacial Europea (ESA), analizando la superficie de Marte existen “evidencias” de un pasado con presencia de agua en el planeta, que presenta gigantescos canales y “minerales que solo pudieron formarse en presencia de agua líquida”. Sin embargo, explican, dados los “significativos cambios climáticos en el curso de los 4,6 billones de años de historia, ahora el agua líquida no puede existir en la superficie”, por lo que los científicos e investigadores han procedido a poner todos sus esfuerzos en lo que se encuentra bajo tierra. Aunque ya se sabía que el agua en estado sólido, en forma de hielo, existía en los polos del Planeta Rojo, ahora, gracias a ello han descubierto que, efectivamente, bajo esa masa helada se encuentra un lago de agua líquida salada.
Tal y como precisan, la técnica empleada funciona de tal manera que el radar envía un pulso hacia la superficie y calcula el tiempo que tarda en ser reflejado, así como la intensidad con la que lo hace. Analizando las propiedades de las señales reflejadas del radar, estudiando la composición de las capas y las temperaturas, los científicos llegaron a la conclusión de que los datos recabados presentaban una “anomalía debajo de la superficie con propiedades que coincidían con la presencia de agua o sedimentos ricos en agua”, tal y como ha explicado Roberto Orsei, principal investigador del experimento ‘MARSIS’, autor de la publicación científica divulgada en Science.
Orsei, que ha manifestado que este es solo “un pequeño área de estudio” y se ha mostrado entusiasmado ante la posibilidad de que existan más de estos lagos de agua “todavía por descubrir”, ha explicado que el hallazgo ha sido posible gracias al avance en la técnica y el aumento en la tasa de muestreo y resolución de sus datos. “Ahora vemos cosas que antes simplemente no era posible ver”, ha manifestado.
No obstante, la investigación continúa en su avance con la pregunta todavía abierta y en el aire al respecto de si podría haber existido vida en Marte y si pudo y pudiera ser un planeta habitable.