Probablemente la primera imagen que se viene a la cabeza cuando pensamos en Steve Jobs es la del visionario que sujeta el futuro entre sus manos. Ese dispositivo que era un iPod, buscaba en internet y permitía hacer llamadas; el iPhone. El auditorio rendido ante el que sería el futuro de la telefonía móvil: un ordenador que todo el mundo lleva en el bolsillo y que nos permite tener toda nuestra vida dentro.
También se mueven en redes sociales fragmentos del discurso que Jobs dio en la ceremonia de graduación de Stanford en 2005. Allí él habló abiertamente sobre su despido en Apple –un golpe que él mismo definió como "devastador"–, y de su posterior aventura en solitario. Y es que él mismo se enfrenta a los 30 años al desafío de verse fuera de la empresa que había fundado y con la necesidad de encontrar de nuevo algo que le apasionara. Eso sí: forrado de dinero y sin ningún jefe al que dar explicaciones.
En este momento vital, Jobs invierte en Pixar, el estudio de animación que hoy está integrado en Disney y al que ayuda a llevar al éxito. Pero también crea NeXT, una empresa de ordenadores que no fue tan bien y que es una gran sombra en su carrera –aunque ha influido posteriormente en Apple.
"Cuando deja de estar en Apple, hace muchas cosas que, por creer en sí mismo, cree que son las correctas", defiende Nate Gentile, autor de 'Entiende la tecnología'. Él tiene una visión un tanto crítica con este período de su vida: "Fue una persona que hizo cosas extraordinarias, pero que también pecó de arrogante".
Precisamente es cuando da vía libre a todas sus ideas, sus principios, su creatividad y su forma de pensar, que "no le va bien": "Tuvo suerte de poder volver a Apple y de vender esa empresa porque iba a la quiebra". Es cuando retorna a la que es su casa, según Gentile, que ya "habiendo aprendido de sus errores, es más estratega y hace las cosas de otra manera".
"Él mismo fue su propio enemigo, porque no le iba bien que nadie le diera órdenes", explica el periodista experto en tecnología Antoni Mateu Arrom. Sin embargo, para ser justos, hay que dar un par de concesiones al Jobs de este periodo. "Las interfaces gráficas que tenemos hoy en día en los ordenadores Mac son fruto de las que Jobs desarrolló en los ordenadores NeXT", defiende Mateu. También el protocolo de navegación World Wide Web, desarrollado por Tim Berners-Lee, fue inventado usando un ordenador de esta compañía.
Aunque Jobs sea una figura que no deja a nadie indiferente –hay quienes lo tienen en un pedestal y otros lo reducen a mero vendedor de ideas–, cuando volvió a Apple en 1997 demostró que lo que había aprendido en este período de 'barbecho' tenía el potencial de revolucionar el mundo. El resto de la historia está en el bolsillo.
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