El espacio siempre ha llamado la atención de las personas, los misterios que lo rodean son muchos y poder saber un poco más sobre él maravilla a muchas personas. Cada vez que se hace público algún descubrimiento, el mundo entero mira y comienza a pensar en lo que ese nuevo conocimiento supone para la humanidad.
Las imágenes que nos llegan y que cada vez tienen mayor calidad nos maravillan y asombra, como también lo hace descubrir que en algunos lugares existen detalles compartidos con el planeta que habitamos, aunque sea de una manera completamente diferente.
Estudiar el espacio satisface nuestros deseos de explorar y comprender el mundo, pero también a entender mejor nuestro mundo y proporcionarnos grandes avances científicos. Queremos saber más, de hecho, lo que realmente queremos la mayor parte de las personas es que nos lo cuenten y nos expliquen los motivos por lo que eso nos ‘cambiará la vida’, como la existencia de los exoplanetas y el motivo por el que la NASA está buscando uno.
Un exoplaneta es un planeta fuera de nuestro sistema solar, algo que es más sencillo de adivinar para quienes saben que exo quiere decir fuera o en el exterior, por lo tanto, hace referencia a un planeta que está fuera de nuestro sistema solar. En este, los cuerpos celestes que conocemos orbitan alrededor del Sol, pero el Sol es solo una entre los millones de estrellas que forman la Vía Láctea, que es solo una de las galaxias que existen en el universo.
El primer exoplaneta que los científicos encontraron fue 51 Pegasi b, que giraba alrededor de una estrella similar a nuestro sol. Era el año 1995 y fueron los astrónomos suizos Michel Mayor y Didier Queloz, gracias a ello ganaron el Premio Nobel de Física en 2019.
No es nada sencillo encontrar un exoplaneta, durante mucho tiempo no se tenían las herramientas necesarias para ello, además de que el brillo de las estrellas alrededor de las que orbitan a menudo imposibilita que sean hallados. Sin embargo, se ha ido desarrollando y avanzando en las tecnologías necesarias para localizarlos y, una vez encontrado el primero, los exoplanetas conocidos se han ido multiplicando.
Existen diferentes métodos para localizar estos exoplanetas y el que emplea el observatorio espacial Kepler para ello es el de ‘tránsito’, que se basa en observar la diferencia de brillo de una estrella cuando un planeta pasa frente a ella, lo que hace que pueda saberse a qué distancia de ella se encuentra, sabiendo si está en lo que se denomina zona habitable.
Esta búsqueda de exoplanetas por parte de la NASA busca identificar planetas que puedan ser habitables, una forma de comprender mejor el universo, pero también la vida en la Tierra, así como estudiar las posibles condiciones que tendrían que darse para poder existir vida fuera de nuestro planeta. La NASA quiere estudiar estos planetas y evaluar su potencial para albergar vida.