Desde hace unos 4.500 millones de años, solo ha habido un asteroide encargado de acompañar a la Tierra. Pues, por un breve periodo de tiempo, eso va a cambiar. La Luna va a dejar de estar sola, una miniluna la acompañará. Será a partir de septiembre de 2024, a menos de una semana de la superluna, cuando un objeto va a hacer escala en la órbita de nuestro planeta.
Se trata de un pequeño asteroide que tiene por nombre 2024 PT5, el cual fue descubierto el pasado mes de agosto por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS).
La miniluna es el término usado para describir un asteroide u otro objeto pequeño que queda atrapado temporalmente en la órbita terrestre. A diferencia de la luna, son mucho más pequeños y tienen órbitas irregulares e inestables. Estos no siguen una trayectoria constante como lo hace la Luna, sino que realizan una serie de caóticas órbitas antes de que la influencia grativatoria de la Tierra y otros cuerpos como el Sol o la Luna los expulse de nuestra órbita y sigan su curso en el espacio.
Han sido dos astrónomos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), los hermanos Carlos y Raúl de la Fuente Marcos, los que han comprobado que este asteroide, de un tamaño estimado de 10 metros.
El 2024 PT5 se convertirá en una miniluna desde el 29 de septiembre hasta el 25 de noviembre, durante exactamente 56,6 días. Será entonces cuando dejará de estar capturada por la gravedad terrestre y volverá a orbitar alrededor del Sol. Esta investigación la acaban de publicar en la revista Reseach Notes of the AAS, donde afirman que volverá a pasar en noviembre de 2055.
Según la investigación de estos dos hermanos, se cree que el cuerpo se originó en el cinturón de asteroides de Arjuna, que orbitan el Sol en trayectorias parecidas a las de la Tierra. Después de su avistamiento, y después de 122 observaciones en 21 días, se ha podido conocer que este asteroide sigue una órbita en forma de herradura, por lo que se puede predecir de manera relativa sus movimientos.
Este asteroide no va a suponer ningún peligro para la tierra, según han asegurado los dos astrónomos, ya que está lo suficientemente lejos como para estar seguros pero, sí que está lo suficientemente cerca como para que los astrónomos puedan avistarlo como una miniluna temporal.
Como se ha mencionado anteriormente, este asteroide tiene un tamaño reducido, de unos 10 metros de ancho, por lo que no se podrá ver a simple vista. Al ser tan pequeño, no puede reflejar la luz suficiente, a diferencia de la Luna, como para que se pueda ver desde la Tierra. Solamente se podrá observar este pequeño asteroide utilizando un telescopio de grandes dimensiones, por lo que serán solo los profesionales los que podrán obtener imágenes de este fenómeno.
Estos episodios, según cuenta Carlos de la Fuente, se producen cuando un objeto, al aproximarse a nuestro planeta a una velocidad muy baja en términos astronómicos, unos 3500km/h, adquiere un valor de la energía geocéntrica negativo o una excentricidad geocéntrica inferior a 1. Esto quiere decir que su energía gravitatoria respecto a la Tierra toma un valor matemático negativo al acercarse, la órbita de la Tierra la absorbe y este objeto se convierte, temporalmente, en un satélite que no necesariamente tiene que dar una vuelta completa como la Luna, sino que es solo un arco de la órbita.
Se considera que hay dos tipos de minilunas, por una parte, están las que permanecen ligadas a nuestro planeta durante uno o dos años, lo que les permite describir una o, incluso, dos órbitas a su alrededor. Y luego, están las minilunas que pasan semanas o meses en la órbita terrestre, de forma que no llegan a completar una revolución en torno a la Tierra. Estas son las más habituales.
Las minilunas pueden servir como modelos para futuras misiones de exploración espacial. En los últimos años, la NASA o la ESA han mostrado bastante interés en la posibilidad de capturar asteroides pequeños para estudiarlos, ya que, las minilunas proporcionan una oportunidad única para observar cómo se comportan estos objetos en una órbita terrestre y cómo se podrían modificar para una misión espacial.
Lo curioso de estas minilunas es que, además de su interés científico, también tendrían beneficios económicos, ya que algunas pueden contener recursos minerales valiosos y agua que se pueden utilizar como combustible para cohetes, los cuales se podrían explotar las futuras compañías de minería espacial.