Con frecuencia, los usuarios de móvil recibimos recomendaciones de las grandes compañías tecnológicas para lograr que nuestros smartphones funcionen al máximo de sus posibilidades. Estos tips pueden ayudarnos a aumentar la velocidad, la eficiencia de nuestra conexión o incluso la seguridad y el cifrado de nuestra información personal más valiosa.
En un tiempo donde las ciberestafas y los ataques maliciosos están a la orden del día, compañías como Meta, TikTok o la propia Google publican cada cierto tiempo información de gran valor. Recientemente, los de Mountain View han recomendado desactivar la conectividad 2G. ¿El motivo? Es una puerta abierta (y obsoleta) a la estafa y el ataque cibernético.
Hoy en día la mayoría de los teléfonos se valen de redes móviles punteras y seguras (4G, 5G y LTE) para funcionar, si bien todavía hay muchísimos terminales que siguen utilizando la tecnología 2G como apoyo a ciertas tareas. Lejos de los centros urbanos, donde la conectividad suele ser suficiente, es habitual que nuestro teléfono necesite conectarse a redes de potencia inferior para seguir funcionando. En ese sentido, el 2G es la peor de las opciones. Nadie le quita a esta tecnología el mérito de revolucionar las comunicaciones en 1990, al permitir que se popularizaran los mensajes de texto. A día de hoy, el escenario es distinto. Una gran mayoría de usuarios no saben que este tipo de conectividad está completamente obsoleta. De hecho, le hace más mal que bien a la seguridad del terminal. Al desactivarla, podemos mejorar la protección del dispositivo y su eficiencia.
El principal punto negativo es la escasa seguridad que nos ofrece. Fue diseñada hace más de tres décadas, y por ese motivo ya no cumple los protocolos de seguridad que se necesitan para hacer frente a las distintas amenazas modernas (phishing, malware, etcétera).
Para empezar, una red de este tipo carece de la capacidad de cifrar adecuadamente las comunicaciones. Es, por así decirlo, un objetivo fácil para cualquiera que busque atacar nuestro teléfono con técnicas como las IMSI Catchers o las Stingrays, conocidas como las estaciones falsas. Además de un cifrado deficiente del teléfono, los estafadores pueden engañar a nuestro móvil para que se conecte a una red falsa en lugar de una torre de telefonía oficial. A partir de aquí, los atacantes pueden monitorizar nuestras comunicaciones, manipularlas y enviarnos cebos como los SMS mediante la técnica del ‘blasting’. Somos una presa fácil.
En las últimas versiones Android, la opción de desactivar la conectividad 2G es relativamente sencilla y no nos llevará más de un minuto proteger nuestro móvil contra las amenazas propias de este tipo de red. Dependiendo del sistema operativo que usemos, las pestañas pueden tener un nombre diferente. En cualquier caso, el proceso es similar en todos los terminales.
Es posible que nuestro teléfono la tenga desactivada de forma nativa. Operadores como Orange ya han anunciado que irán eliminando progresivamente esta tecnología de sus dispositivos. Está previsto que, a partir de 2030, ya no den servicio con ella. Es probable que Vodafone, Movistar y el resto de competidoras sigan la misma senda.