Google es una suerte de Pepito Grillo de valor incalculable, si sabemos cómo utilizarlo a nuestro favor y nos hacemos con sus herramientas básicas. Cualquier persona que valore su tiempo y su rutina ya debería estar familiarizada con el calendario.
Fijar una fecha en una semana concreta, marcar la prioridad de un evento o configurarlo para que nos envíe recordatorios periódicos son solo algunos de los tipos de alarma que podemos elegir en la suite de Google, ya sea a través del propio calendario o del sistema de tareas que utilicemos. Los desmemoriados siempre lo agradecen; los metódicos lo necesitan como respirar para organizar su rutina.
Sin embargo, hay algunas alertas menos convencionales, cuyo propósito no es más que abanicar un poco nuestro ego o darnos información relevante sobre nuestra identidad digital o nuestra reputación; algo que, en un mundo hiperconectado, se hace imprescindible. Seguramente hayas oído más de una vez el término egosurfing, un gesto ya cotidiano al navegar por la red que retrata el acto más banal y más común de nuestra vida digital: buscar nuestro nombre en Google para saber qué dicen de nosotros.
Para no tener que hacerlo constantemente, Google nos permite configurar una alarma específica. Nos avisará cuando alguien nos menciona o aparece un contenido nuevo en internet relacionado con nosotros.
La forma más fácil de recibir notificaciones en Google Alerts es a través del correo electrónico. Una vez configurada la alerta, recibiremos un aviso cada vez que nuestro nombre aparezca en internet.
Al igual que sucede con cada una de las aplicaciones de la suite de Google, Google Alerts tiene su propia configuración específica en el entorno de la suite.