El bloqueo cautelar de Telegram en España, acordado por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, es un paso más en una amplia lista de restricciones adoptadas por diferentes autoridades en el mundo contra esta aplicación de mensajería instantánea.
La decisión del magistrado fue adoptada en el contexto de una denuncia presentada por Mediaset, Antena 3 y Movistar en la que acusaban a la aplicación de alojar sin permiso contenido protegido por derechos de autor.
En mayo de 2020, el Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) bloqueó 122 canales de Telegram, con más de 380.000 usuarios, en los que se compartían miles de copias piratas de libros, periódicos y revistas durante el confinamiento.
Telegram es una aplicación de mensajería instantánea para dispositivos electrónicos lanzada en 2013 por los hermanos rusos Nikolái y Pável Dúrov como una alternativa a la aplicación WhatsApp.
Sin embargo, la seguridad y la protección a la privacidad del usuario que ofrece pronto la hicieron muy popular, hasta el punto de alcanzar actualmente los 900 millones de usuarios en el mundo.
Con sede en Dubai y traducida a más de 20 idiomas, si algo caracteriza a Telegram es la sincronización a la nube de forma permanente, algo que WhatsApp no tiene, de manera que sus usuarios pueden acceder a los mensajes desde diferentes dispositivos a la vez, incluyendo tablets y ordenadores, y compartir un número ilimitado de fotos, videos y archivos (doc, zip, mp3, etc.) de hasta 2 GB cada uno.
Pero la plataforma ofrece también la creación de bots (mensajes automáticos), la implementación de chats secretos que protegen la privacidad de los usuarios con un cifrado exclusivo entre el emisor y el receptor y la limitación de hasta 200.000 personas por grupo.
Por todo ello -su cifrado, el gran tamaño de los grupos y la posibilidad de compartir archivos de cualquier tipo o tamaño- no es de extrañar que la plataforma se haya convertido en algo único pero a la vez en un instrumento muy atractivo para delincuentes y extremistas.
De hecho, Telegram ha sido retirada de las tiendas de apps o bloqueada judicialmente en varias ocasiones por permitir el intercambio de contenidos ilegales, y en el caso de los regímenes autoritarios, por alentar protestas de opositores.
En España, y según un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicado en noviembre de 2023, un 18,7% de los españoles que utiliza internet al menos una vez a la semana usa Telegram Messenger.
La aplicación ha crecido a un ritmo constante desde su lanzamiento en 2013. En 2016 contaba con un 5,2% de los usuarios y para la primera mitad de 2023 ya superaba el 18%.
Sin embargo, un estudio publicado ese mismo año por la Universidad de Granada (UGR) alertaba también de la potencial proliferación de canales falsos en Telegram y de la poca cantidad de canales correctamente verificados en España, alrededor de un tercio de los existentes.
También en otros países de la UE esta red ha tenido que afrontar limitaciones, como las adoptadas en mayo de 2021 por las autoridades de Países Bajos, que bloquearon dos canales en los que se distribuían teorías de la conspiración sobre la comisión de actos pedófilos y rituales satánicos con sacrificio de niños.
En Alemania, la extrema derecha y los "antivacunas" encontraron en plena pandemia su sitio para difundir bulos, odio y amenazas hasta el punto de que las autoridades se plantearon el bloqueo de la plataforma.
En ese mismo país, en octubre de 2022, las autoridades alemanas impusieron una multa de 5.125 millones de euros a la compañía, acusándole de violar las leyes sobre información del país.
En junio de 2022, cuando entró en vigor el código de buenas prácticas de la Comisión Europea para combatir la desinformación en internet, acordado con Google, Meta, Twitter, Microsoft y TikTok, las autoridades europeas animaron a Telegram y Apple a firmarlo, aunque señalaron que no había intención de "forzar a nadie" porque "estamos en una democracia".
Indonesia fue uno de los primeros países en actuar contra esta aplicación de mensajería y en julio de 2017 bloqueó el acceso a once de sus servidores para evitar la proliferación de contenidos radicales y terroristas.
En abril de 2018 un tribunal de Moscú ordenó el bloqueo de Telegram en toda Rusia al considerar que no cumplía con sus obligaciones legales en la difusión de información. El cierre provocó protestas con miles de asistentes. Las autoridades levantaron el bloqueo en junio de 2020.
También en 2018, en mayo, fue Irán quien bloqueó Telegram por dañar la seguridad nacional por su papel en la convocatoria de protestas.
El mismo motivo, impedir la convocatoria de protestas, estuvo detrás de la decisión del Gobierno de Tailandia de bloquear la aplicación en octubre de 2020.
En marzo de 2022 la Corte Suprema brasileña ordenó el bloqueo de Telegram por la negativa de sus responsables "a colaborar con la Justicia" en relación con la difusión en masa de noticias falsas.
Dos días después la justicia anuló la suspensión después de que la plataforma retirara informaciones falsas publicadas por el presidente Jair Bolsonaro, entre otras "determinaciones judiciales".
Desde entonces ha habido varias suspensiones temporales, por no entregar datos de grupos neonazis (abril 2022) o por una campaña de Telegram contra un proyecto de ley para combatir la desinformación en internet (mayo 2023).
En agosto de 2023, el Gobierno de Somalia prohibió TikTok y Telegram para evitar su uso terrorista.
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