La sonda Einstein Probe despega desde China en busca de rayos X en el cielo con sus 'ojos de langosta'
Einstein Probe tiene el objetivo de buscar estallidos de luz de rayos X procedentes de objetos misteriosos
La misión detectará destellos de alta energía de eventos cósmicos cataclísmicos
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La sonda Einstein Probe ha despegado desde China para buscar estallidos de rayos X en el cielo. El objetivo es mejorar el conocimiento sobre estos objetos extremos del universo y resolver cuestiones sobre cómo son los agujeros negros, cómo tragan materia o qué sucede cuando una estrella explota. Hasta la fecha, el agujero negro más antiguo data de 470 millones de años. La misión es una colaboración entre la CAS, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Instituto Max Planck de física extraterrestre (MPE), en la que participa el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC).
La sonda despegó, a bordo de un cohete Chang Zheng, desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang. La misión detectará destellos de alta energía de eventos cósmicos cataclísmicos, como eventos de disrupción de marea (estrellas separadas por agujeros negros supermasivos), supernovas, estrellas de neutrones y agujeros negros. En tres órbitas alrededor de la Tierra, la sonda Einstein Probe es capaz de observar casi todo el cielo nocturno.
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Einstein Probe descubrirá nuevas fuentes de rayos X
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CISC) ha explicado que la sonda ayudará a resolver, entre otras cuestiones, qué tipo de eventos producen ondas gravitacionales o qué sucede cuando una estrella explota y se convierte en supernova. Einstein Probe mejorará la comprensión de estos eventos cósmicos mediante el descubrimiento de nuevas fuentes de rayos X y el seguimiento de la variabilidad de los objetos que emiten estos rayos en todo el cielo.
Para realizar esta misión, está equipada con dos instrumentos: el Telescopio de Rayos X de Campo Amplio (WXT) y el Telescopio de Seguimiento de Rayos X (FXT), según la ESA. El WXT consta de 12 módulos que crean en conjunto una vista de 3.600 grados cuadrados, gracias a una tecnología inspirada en los ojos de las langostas. En un diseño modular, emplea cientos de miles de fibras cuadradas que canalizan la luz hacia los detectores. Esto le da a Einstein Probe la capacidad única de observar casi una décima parte de la esfera celeste de un solo vistazo.
¿Cómo funciona la tecnología inspirada en los ojos de langostas?
Esta tecnología está formada por poros cuadrados paralelos dispuestos sobre una esfera que reflejan la luz hacia un centro esférico. Cientos de miles de tubos cuadrados guían los rayos X hasta un detector de luz CMOS, ha destacado el CSIC. Las nuevas fuentes de rayos X detectadas por WXT serán observadas inmediatamente con FXT, que tiene una visión más estrecha pero es más sensible y captará más detalles.
“Cada día se descubrirán nuevos destellos de alta energía en tiempo real”, lo que permitirá tener “una visión única de las primeras fases de los eventos más extremos del universo”, ha apuntado Nanda Rea, profesora de investigación del ICE-CSIC y del IEEC. Con esta mirada “excepcionalmente amplia” se podrá captar la luz de rayos X procedentes de las colisiones entre estrellas y neutrones y averiguar cuál es la causa de algunas de las ondas gravitatorias que se detectan en la Tierra, tal y como ha subrayado Erik Kuulkers, científico de la ESA.
Se utilizarán estaciones terrestres de ESA para descargar los datos de la nave
La ESA apoyó las pruebas y la calibración de los detectores de rayos X y la óptica del WXT y desarrolló el conjunto de espejos de uno de los dos telescopios del FXT en colaboración con MPE y Media Lario (Italia). MPE contribuyó con el conjunto de espejos para el otro telescopio de FXT, así como los módulos detectores para ambas unidades FXT y proporcionó el sistema para desviar electrones no deseados de los detectores. A lo largo de la misión, se utilizarán las estaciones terrestres de la ESA para ayudar a descargar los datos de la nave espacial. A cambio de contribuir al desarrollo de la misión, ESA tendrá acceso al 10% de los datos generados por las observaciones de la sonda.
En los próximos seis meses, el equipo de operaciones se dedicará a probar y calibrar los instrumentos. Después, la sonda pasará al menos tres años observando atentamente todo el cielo de rayos X. La sonda Einstein alcanzó su órbita a una altitud de aproximadamente 600 km. La nave orbita la Tierra cada 96 minutos, con una inclinación orbital de 29 grados y es capaz de observar casi todo el cielo nocturno en sólo tres órbitas.
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