Más de un 95 % de los hogares españoles cuenta con acceso a internet, según Red.es, mientras que alrededor del 90 % dispone de un acceso de alta velocidad que supera los 100 Mbps. Esto supone que en la mayoría de las casas y pisos de nuestro país es habitual encontrarse con un router inalámbrico que distribuye la conexión entre los diferentes dispositivos que empleamos cada día.
Sin embargo, hay ocasiones en las que esa conexión no es todo lo buena que desearíamos, de modo que no llega bien a algunas estancias del hogar, provocando incluso fallos en los contenidos que vemos en el televisor. ¿Por qué ocurre esto si habitualmente el router está colocado junto a la televisión?
En multitud de ocasiones, se tiende a aglutinar todos los equipos electrónicos en un mismo lugar, de tal manera que no estén esparcidos por el salón. Esto no solo se hace por motivos estéticos, sino que también obedece a la creencia de que, cuanto más cerca se halle el router, mejor va a ser la señal. Pues bien, se trata de un error muy común, ya que precisamente puede ocurrir lo contrario, es decir, que la extremada cercanía entre ambos aparatos lleve a que el router funcione peor.
¿Por qué el router y la televisión se molestan?
Para responder a esta cuestión hay que hacer antes otra pregunta: ¿cuáles son las mejores condiciones para que el router lleve a cabo bien su labor?
La primera de ellas es que no tenga cerca una fuente de calor, ya que las elevadas temperaturas afectan a su funcionamiento. De hecho, no es de extrañar que durante las olas de calor, estos enrutadores tengan un rendimiento por debajo de lo habitual. Y aunque los televisores cada vez expulsan menos calor, siguen siendo una fuente lo suficientemente potente como para interferir.
En segundo lugar, conviene que no esté situado junto a objetos metálicos, vidrios, espejos o paredes, ya que cualquiera de esos elementos pueden influir en que la señal llegue de una forma adecuada o no. En este sentido, el tamaño de los televisores –cada vez de mayores dimensiones– puede interferir en las ondas que se emiten no solo hacia el propio aparato, sino en dirección al resto de equipos que necesitan internet para funcionar.
El tercer punto que debemos destacar es la distancia a la que debe situarse el router con respecto a los dispositivos que están conectados. Lo ideal es que se encuentre alejado entre 1,5 metros y 1,8, ya que si está más cerca podría no funcionar a pleno rendimiento y, como consecuencia, que la conexión no fuera todo lo fluida que debe. Por eso, colocarlo junto al televisor tampoco ayuda a que eso ocurra.
En definitiva, estos son los tres argumentos por los que colocar el router junto al aparato de televisión puede resultar contraproducente. No obstante, para conocer cuál es la ubicación que más conviene, cualquier usuario tiene a su disposición diversas aplicaciones que realizan un rápido análisis de las diferentes estancias y lo señalan.