El avance de la crisis climática está poniendo en riesgo los signos vitales del planeta. Un informe firmado por más de 15.000 expertos advierte que al menos 20 de los 30 indicadores que han estudiado, para conocer el estado de salud de la Tierra, han “empeorado en los últimos años”. Así, alertan que si no se actúa, entraremos en “territorio inexplorado”. Las imágenes sobre la sequía- que ya hemos visto en el parque Doñana- y las altas temperaturas, que este verano ya han marcado un récord, serán cada vez más frecuentes.
"Si no tomamos acciones claras para abordar esta crisis, todo apunta a que vamos hacia un futuro de calor insoportable, escasez de agua y alimentos y donde acabarán colapsando todos los sistemas naturales y socioeconómicos", subraya Chistopher Wolf, uno de los investigadores que encabeza el documento. Ahí, se muestra cómo muchos de los indicadores no solo han empeorado, sino que han alcanzado cifras récord. "La vida en nuestro planeta está claramente bajo asedio. Estamos entrando en territorio inexplorado", señalan aprovechando el Día Internacional de la lucha contra el cambio climático.
Este equipo internacional de científicos creó este barómetro para medir el estado de salud del planeta. En su primera publicación, que salió a la luz en 2019, ya alertaron sobre el mal estado de varios indicadores medioambientales como, por ejemplo, los que reflejan el aumento global de las temperaturas o el auge de extremos meteorológicos en todo el mundo. "Lo que hagamos ahora puede marcar una profunda diferencia para toda la vida en la Tierra, así que debemos actuar con valentía y determinación", recuerdan en el manifiesto. La señal más clara, que nos muestra cómo está empeorando el estado de salud de la Tierra, es el aumento de las temperaturas a nivel global.
Se estima que el mundo ha vivido al menos 38 días con los termómetros hasta 1,5 grados por encima respecto a la media de los valores preindustriales. Según corroboran los registros, el pasado mes de julio vivimos la temperatura promedio más alta jamás registrada. Esto ha traído una clara consecuencia: los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales. Como, por ejemplo, el incendio de Canadá. En este caso se emitió a la atmósfera más dióxido de carbono de lo que este país produce en un año. Así, ha destruido miles de hogares, desplazado a más de 155.000 personas y ha causado al menos 50 fallecidos en los que va de año.
Los científicos hacen hincapié en la necesidad de implantar políticas “claras y contundentes” para frenar el avance de la crisis climática. Entre ellas, se encuentra la necesidad de impulsar una transición económica para “evitar el consumo excesivo” que agota los recursos naturales del planeta, la firma de tratados internacionales para “frenar la proliferación de combustibles fósiles” y proteger los espacios naturales. También señalan la importancia de seguir un modelo de alimentación “con menos carne y más vegetales”.
"Es imprescindible que todos estos cambios se realicen teniendo en cuenta factores de equidad y la justicia social", explican en el informe tras destacar que existen cientos de documentos que corroboran cómo "la crisis climática afecta desproporcionadamente a las personas más empobrecidas del mundo, quienes, irónicamente, han tenido el menor papel en causar este problema".