Investigadores japoneses han explorado la ruta de los microplásticos en el aire (AMP) a medida que circulan por la biosfera, lo que afecta negativamente a la salud humana y al clima.
Para investigar el papel de estas diminutas partículas de plástico en la troposfera y la capa límite atmosférica, el equipo recogió agua de las nubes de la cumbre del célebre monte Fuji, las estribaciones sureste del monte Fuji (Tarobo) y la cumbre del Monte Oyama: regiones con altitudes que oscilan entre 1300 y 3776 metros.
Utilizando técnicas avanzadas como imágenes de reflexión total atenuada y espectroscopia infrarroja por transformada de micro-Fourier, los investigadores dirigidos por Hiroshi Okochi, profesor de la Universidad de Waseda, determinaron la presencia de microplásticos en el agua de la nube y examinaron sus propiedades físicas y químicas.
Identificaron nueve tipos diferentes de polímeros y un tipo de caucho en los AMP detectados. En particular, la mayor parte del polipropileno que se detectó en las muestras estaba degradado y tenía grupos carbonilo (C=O) y/o hidroxilo (OH). Los diámetros Feret de estos AMP oscilaron entre 7,1 y 94,6 picometros, los más pequeños observados en la troposfera libre. Además, la presencia de polímeros hidrofílicos (amantes del agua) en el agua de la nube era abundante, lo que sugiere que fueron eliminados como "núcleos de condensación de la nube". Estos hallazgos confirman que los AMP desempeñan un papel clave en la rápida formación de nubes, que eventualmente puede afectar el clima general.
La acumulación de AMP en la atmósfera, especialmente en las regiones polares, podría provocar cambios significativos en el equilibrio ecológico del planeta, provocando una grave pérdida de biodiversidad.
Okochi concluye diciendo en un comunicado que "los AMP se degradan mucho más rápido en la atmósfera superior que en la tierra debido a la fuerte radiación ultravioleta, y esta degradación libera gases de efecto invernadero y contribuye al calentamiento global. Como resultado, los hallazgos de este estudio pueden utilizarse para tener en cuenta los efectos de los AMP en futuras proyecciones del calentamiento global".
Desde el descubrimiento en la década de 1940 de que el yoduro de plata puede formar cristales de hielo en vapor de agua, los científicos han estado investigando cómo el agua se forma dentro de una nube, de manera que pueda manipularse el clima para garantizar este sustento básico de la vida en lugares del mundo donde la sequía causa periodos de hambruna.
Pero la modificación del tiempo no crea agua de la nada. Aunque "la siembra de nubes podría ser una herramienta para aumentar los recursos hídricos, no se trata de un mecanismo ‘destructor de sequías’ porque necesitamos nubes" para estimular la precipitación, aclaró Roelof Bruintjes, del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas (NCAR), en un comunicado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)).
En algunas montañas del mundo se ha probado la siembra de nubes pulverizando una mezcla de yoduro de plata con generadores en la superficie terrestre durante los meses fríos, para favorecer la formación de nieve que luego suministra agua durante todo el año a las regiones cercanas. Estos experimentos se han llevado a cabo en las montañas de Wyoming (Estados Unidos) o las Montañas Nevadas de Australia, por ejemplo. Según los científicos, esta práctica habría aumentado la nieve en estas zonas en aproximadamente un 14 %.
Otro país que ha modificado el tiempo de manera artificial es Emiratos Árabes Unidos, que ha destinado 5 millones de dólares para la "estimulación de la lluvia". En los próximos 15 años, los expertos creen que la demanda de agua se duplicará en el país, y ya hoy en día el agua desalinizada supone el 40 % del abastecimiento.