Los telescopios Hubble y James Webb estudiarán dentro de poco Ío, que es la gran luna más interna de Júpiter, además del cuerpo volcánicamente más activo del sistema solar. ¿Por qué es tan interesante el satélite?
El Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial otorgó recientemente al Southwest Research Institute un gran proyecto para utilizar los telescopios Hubble y Webb para estudiar de forma remota Ío.
El estudio complementará los próximos sobrevuelos de la luna de Júpiter por parte de la nave espacial Juno de la NASA.
“El momento de este proyecto es fundamental. Durante el próximo año, Juno pasará cerca de Ío varias veces, ofreciendo raras oportunidades para combinar observaciones in situ y remotas de este complejo sistema”, dice en un comunicado Kurt Retherford de SwRI, investigador principal de la campaña.
"Esperamos obtener nuevos conocimientos sobre el dramático vulcanismo de Ío, las interacciones plasma-luna y las poblaciones de gas neutro y plasma que se propagan a través de la vasta magnetosfera de Júpiter y desencadenan intensas emisiones de auroras jovianas".
La atmósfera que escapa de Ío es la fuente dominante de material en la magnetosfera joviana, una enorme burbuja de partículas cargadas que giran alrededor del gigante gaseoso.
Sin embargo, la conexión entre los volcanes, los volátiles de la superficie, la atmósfera y la interacción del plasma magnetosférico con las nubes neutras extendidas de Ío, el Toro de Plasma de Ío (IPT) y la ionosfera de Júpiter sigue siendo difícil de cuantificar y comprender.
"Los acoplamientos entre procesos variables en el tiempo son fundamentales para comprender el sistema de Júpiter de manera integral", señala Dr. Fran Bagenal, coinvestigador principal del proyecto de la Universidad de Colorado en Boulder. “Por ejemplo, ¿cuánto azufre se transporta desde Ío hasta la superficie de Europa? ¿Cómo se comparan las características de las auroras en Ío con las auroras de la Tierra (las auroras boreales) y Júpiter?”.
Ío, la gran luna más interna de Júpiter, suministra la mayoría de las partículas cargadas de la magnetosfera del planeta. El IPT es una nube de iones y electrones en forma de rosquilla que rodea a Júpiter y se crea cuando los gases atmosféricos que escapan de Ío se ionizan. Los electrones chocan con los iones, que absorben la energía de las colisiones y la liberan en forma de luz ultravioleta, que puede detectarse con telescopios.
"La mayoría de estos materiales en realidad no escapan directamente de los volcanes, sino que están asociados con la sublimación de la escarcha de dióxido de azufre de la superficie diurna de Ío", explica Katherine de Kleer de Caltech, otra coinvestigadora. "La interacción entre la atmósfera de Ío y el plasma circundante proporciona el mecanismo de escape para los gases liberados desde la superficie helada de la luna".
"La combinación de las intensas mediciones in situ de Juno con nuestras observaciones de teledetección sin duda mejorará nuestra comprensión del papel de Ío en el impulso de fenómenos acoplados en el sistema de Júpiter", concluye Retherford.