Eliminar la basura espacial se ha convertido en uno de los grandes retos para los astrónomos en los últimos años, ya que cada vez hay más objetos orbitando nuestro planeta que suponen un riesgo para los astronautas y para futuras misiones al espacio. Ahora, un grupo de estudiantes de la Universidad de Brown ha probado un satélite para reducir estos materiales nombrado ‘SBUDNIC’, y ha informado que su experimento ha concluido con éxito.
Desde el comienzo de la era espacial en 1957 se han lanzado toneladas de cohetes y satélites que, en algunas ocasiones, acaban flotando en el espacio cuando quedan inutilizables. La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que existen unos 900.000 objetos de más de un centímetro orbitando alrededor de la Tierra, lo que llamamos ‘basura espacial’.
Tanto para las telecomunicaciones terrestres como para las misiones en marcha, los desechos espaciales son una mala noticia. A veces son etapas de cohetes, o naves ‘muertas’ que han agotado su tiempo de vida, algunas con el tamaño de un coche. Viajan a más de 28.000 kilómetros por hora, por lo que pueden actuar como auténticos proyectiles si se estrellan, por ejemplo, contra la Estación Espacial Internacional, donde residen astronautas.
De hecho, en el pasado se han producido impactos de este tipo, en su mayoría menores, que han dañado placas solares de los satélites activos. En alguna ocasión ha habido satélites que han quedado inutilizables, como ocurrió con el ruso Kosmos 2251 o la nave Iridium 33.
SBUDNIC es un satélite cúbico del tamaño de una barra de pan que fue construido por un equipo de estudiantes de Brown y ha demostrado ser un método práctico y de bajo costo para reducir los desechos espaciales.
El satélite ha pasado 445 días en órbita y finalmente volvió a entrar en la atmósfera de la Tierra en algún momento del martes 8 de agosto, cuando ardió sobre Turquía.
SBUDNIC se construyó con un presupuesto reducido utilizando suministros disponibles en la mayoría de las ferreterías, incluidas 48 pilas Energizer AA.
SBUDNIC fue lanzado al espacio en el cohete SpaceX de Elon Musk en mayo de 2022 para abordar el creciente problema de la basura espacial. Para ello, los estudiantes agregaron una vela de arrastre de plástico hecha de poliimida Kapton al satélite.
La vela se abrió como un paraguas al desplegarse a unos 520 kilómetros, muy por encima de la órbita de la Estación Espacial Internacional, y ayudó a empujar el satélite de regreso a la Tierra más rápido de lo previsto.
"Estábamos tratando de demostrar que hay formas de desorbitar la basura espacial una vez terminada la vida de la misión que no son muy costosas", dice en un comunicado Selia Jindal, una de las líderes del proyecto. “Hemos demostrado que podemos hacerlo. Pudimos sacar de órbita con éxito nuestro satélite para que ya no ocupe espacio en la órbita de la Tierra”.
"Hay empresas que están tratando de resolver este problema de la basura espacial con conceptos como grúas espaciales o redes en el espacio que capturarán la basura espacial y la sacarán de la órbita", señala Dheraj Ganjikunta, que fue el director de SBUDNIC. “Lo sorprendente de SBUDNIC es que su costo es mucho menor que cualquiera de esas soluciones”.