Un equipo internacional de astrónomos ha podido escuchar por primera vez los sonidos producidos durante fusiones de los agujeros negros más masivos del Universo. Así suena este “latido” de ondas gravitacionales.
El sonido es una especie de “zumbido de tono bajo” de estas ondas de baja frecuencia que fluyen a través de la Vía Láctea. Las ondas a escala de años luz, consecuencia de la relatividad general, impregnan todo el espacio-tiempo, por lo que han podido ser captadas por una red de telescopios de Europa, Norteamérica, India, Australia y China del consorcio International Puslar Timing Array (IPTA).
Se han detectado muchas señales GW (siglas en inglés de “ondas gravitacionales”) superpuestas diferentes, emitidas por la población cósmica de agujeros negros binarios supermasivos (es decir, dos agujeros negros supermasivos orbitando entre sí y finalmente fusionándose).
“¡Esta es una señal muy emocionante! Aunque todavía no tenemos evidencia definitiva, es posible que estemos comenzando a detectar un fondo de ondas gravitacionales”, dice en un comunicado Siyuan Chen, miembro del European Pulsar Timing Array (EPTA) y el Observatorio Norteamericano de Nanohercios para Ondas Gravitacionales (NANOGrav).
“También estamos investigando qué otra cosa podría ser esta señal. Por ejemplo, tal vez podría deberse al ruido que está presente en los datos de púlsares individuales que pueden haber sido modelados incorrectamente en nuestros análisis", advierte Boris Goncharov, de la Parkes Pulsar Timing Array en Australia (PPTA).
De confirmarse, el hallazgo abriría una ventana nueva a los agujeros negros supermasivos, objetos miles de millones de veces más masivos que el Sol.
Se cree que los enormes agujeros negros en sus centros se juntan y giran entre sí en una danza giratoria cuando dos galaxias se fusionan. Las ondas circulares que emiten a través del universo durante ese proceso despiertan enormemente la curiosidad de los científicos. Sabían que emitirían un “zumbido”, pero no lograban captarlo… Hasta ahora, si se confirma.
“Hemos estado en una misión durante los últimos quince años para encontrar un zumbido grave de ondas gravitacionales resonando en todo el universo. Nuestro arduo trabajo ha valido la pena”, celebra Stephen Taylor, astrofísico de ondas gravitacionales de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee, quien codirigió la investigación.
Las primeras ondas gravitacionales se descubrieron en 2015 y confirmaron una teoría de Einstein, que hizo 1916. Esto facilitó el estudio de fenómenos cósmicos como los agujeros negros y las estrellas de neutrones.