En la antigua Roma, el tamaño de la nariz de los varones se vinculaba con el de sus penes, una relación que carecía de base científica. Hasta ahora, según recoge una información del diario británico 'Daily Mail'.
Una investigación realizada por el Hospital Universitario de Ulsan, en Corea del Sur, respalda un estudio japonés llevado a cabo en 2021 que apuntaba que los hombres con narices largas tienen penes más grandes. Por otra parte, un hombre que se lavó la nariz con agua del grifo en Florida acabó muriendo por la ameba 'comecerebros'.
La conclusión a la que llegaron los científicos de la Universidad de Medicina de la prefectura de Kyoto (Japón), tras examinar 126 cadáveres masculinos de entre 30 y 50 años en los tres días posteriores a su fallecimiento, es que aquellos con una nariz de 4,5 centímetros de largo tenían un tamaño promedio de pene no erecto de 10 centímetros.
También señalaron que los hombres cuya nariz superaba los 5,5 centímetros podían alardear de tener un tamaño de pene promedio de 13,4 centímetros. El diario peruano 'La República' destaca que los investigadores estiraron manualmente los penes y anotaron su longitud máxima, también denominada 'longitud del pene estirado' (SPL), un método validado para determinar la longitud de un miembro en erección.
Para el último estudio, en la mencionada localidad surcoreana, los científicos reclutaron a 1.160 hombres cuyas edades rondaban la treintena. Del mismo modo, midieron el tamaño de la nariz con el de su pene no erecto. La longitud de la nariz se determinó desde la esquina del ojo hasta la parte inferior de cada fosa nasal.
"El hecho de que el tamaño de la nariz esté relacionado con el SPL indica que la longitud del pene puede no estar determinada por la edad, la altura o el peso corporal, sino que ya ha sido determinada por el nacimiento", concluyeron en su artículo.
La razón que argumentan los científicos es que los niveles de testosterona de los fetos varones que se encuentran en el útero juegan un papel fundamental en la formación de la nariz y los genitales.
En el futuro, según los autores, su estudio podría desempeñar un aspecto clave en la explicación del patrón de crecimiento del pene, su relación con los rasgos faciales y la evaluación de los niveles de hormonas sexuales masculinas presentes en los bebés antes del nacimiento.