Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EEUU) han publicado un nuevo estudio en el que muestran el vínculo literal de cuerpo y mente en la misma estructura del cerebro. El documento indica qué partes del área del cerebro que controlan el movimiento están conectadas a redes relacionadas con el pensamiento y la planificación, así como con el control de funciones corporales involuntarias. La región determinante en este sentido tiene un nombre: la corteza motora primaria.
La investigación podría ayudar a resolver incógnitas de estudios anteriores. Los resultados se han publicado este miércoles en la revista 'Nature' y detallan, entre otros asuntos, por qué la ansiedad hace que algunas personas quieran caminar de un lado a otro o por qué las personas que practican ejercicio físico de forma regular presentan una perspectiva más positiva de la vida.
Muchos se han preguntado en muchas ocasiones por qué las personas que meditan afrontan mejor un cuadro de ansiedad. Hasta ahora no se sabía nada, pero con este estudio se ha encontrado "una conexión" de cuerpo y mente, destaca Evan M. Gordon, uno de los autores del estudio. Junto a Nico Dosenbach, otro científico, el experto se propuso verificar el mapa establecido por neurocirujano Wilder Penfield en la década de 1930, en el que se analizaron las áreas del cerebro que controlan el movimiento. Un documento denominado “homúnculo de Penfield” y que ha servido de base para otras investigaciones.
Para sorpresa de los científicos de la capital estadounidense, el mapa de Penfield no estaba del todo bien. En cuanto al control de los pies, las manos y la cara, las redes estaban bien identificadas. No obstante, observaron que había otras tres áreas que no parecían estar directamente involucradas en el movimiento en absoluto, a pesar de que se encontraban en el área motora del cerebro. Y es que algunas áreas sin movimiento no se activan durante el movimiento, pero sí se activan cuando la persona piensa en moverse.
Dosenbach y Gordon denominaron a su red recién identificada Red de Acción Somato-Cognitiva o SCAN. Para comprender cómo se desarrolla y evoluciona esta red escanearon los cerebros de un recién nacido, un niño de un año y un niño de nueve años, recogen varios informes. Asimismo, se analizaron datos que se habían recopilado en laboratorio previamente en nueve monos. La red no era detectable en el recién nacido, pero era claramente evidente en el de un año y casi como un adulto en el de nueve. Los monos tenían un pequeño sistema más rudimentario, sin las extensas conexiones que se ven en los humanos.
"Esto puede haber comenzado como un sistema más simple para integrar el movimiento con la fisiología para que no nos desmayemos, por ejemplo, cuando nos ponemos de pie. Pero a medida que nos convertimos en organismos que hacen un pensamiento y una planificación más complejos, el sistema se actualizó para conectar una gran cantidad de elementos cognitivos muy complejos", explica Gordon. En cuanto a Dosenbach, el experto sentenció: "Penfield fue brillante, y sus ideas han sido dominantes durante 90 años, y crearon una vía de investigación. Una vez que comenzamos a recorrerla encontramos muchos datos publicados que no concordaban con sus ideas e interpretaciones alternativas que habían sido ignoradas. Reunimos una gran cantidad de datos diferentes además de nuestras propias observaciones, los alejamos y los sintetizamos, y se nos ocurrió una nueva forma de pensar sobre cómo el cuerpo y la mente están unidos".