El pico de actividad de las Líridas será en abril: cuándo ver la lluvia de estrellas

La lluvia de meteoros de las Líridas alcanzará su pico de actividad a finales de abril, cuando podrán verse decenas de estrellas fugaces por hora. ¿Cuándo podrán verse?

Las Líridas son visibles en el hemisferio norte todos los años entre el 16 y el 25 de abril, aunque no siempre hay suerte y las condiciones no acompañan para su observación. En 2023 estaremos de suerte, puesto que los meteoros atravesarán el cielo coincidiendo con la luna nueva, por lo que el firmamento estará muy oscuro y será fácil ver más de una.

Cuándo ver la lluvia de estrellas Líridas

Las Líridas tienen una tasa media de actividad de 20 meteoros por hora, y una velocidad de 49 kilómetros por segundo durante varios días. A pesar de ser una lluvia de meteoros discreta, algunos años la tasa de actividad se incrementa a más de 100 meteoros por hora, pero es difícil predecir en que año se producirán estos "estallidos".

El 2023 será un año excelente para la observación de las Líridas, puesto que su momento de máxima actividad se producirá dos días después de la luna nueva (el novilunio tendrá lugar el 20 de abril).

La máxima actividad de la lluvia se espera para la noche del 22 al 23 de abril. Afortunadamente, el fino creciente de Luna permitirá la observación en condiciones óptimas durante toda la noche, informan desde el Observatorio Astronómico Nacional del IGN (Instituto Geográfico Nacional).

¿De dónde proceden las Líridas?

Los meteoros de las Líridas son fragmentos del cometa C/1861 G1 (Thatcher), un cometa de largo periodo que orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años.

Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con fragmentos desprendidos del cometa Thatcher. Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz.

¿Qué hacer para ver las Líridas?                                                           

Para observadores a nuestras latitudes, 40º norte, el radiante de las Líridas se sitúa por encima del horizonte desde una hora después del anochecer hasta el amanecer.

El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión.

Aunque las Líridas parecen venir de la constelación de Lyra (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad, aconsejan desde el IGN.