Jorge Terreu, un joven zaragozano de 24 años que estaba de Erasmus en Francia, veía que su abuela no se podía manejar bien con las nuevas tecnologías y hablar cómodamente desde la distancia. Por ello, quiso diseñar un teléfono especial para hablar con ella de manera mucho más sencilla. De hecho, al dispositivo le puso su nombre, Maximiliana, y su idea ahora está siendo todo un éxito.
El dispositivo Maximiliana ayuda a los más mayores a desenvolverse con las nuevas tecnologías simplificando todas las funciones del móvil hasta el punto de que no tienen que darle a ningún botón para hacer una videollamada con sus nietos. Un avance tecnológico que está siendo revolucionario.
"Ella tenía un móvil de teclas y se apañaba fatal. Para hablar con ella era un suplicio", cuenta Jorge, el ingeniero informático que ha diseñado el teléfono Maximiliana. Su abuela, que inspiró al nombre del dispositivo, aprendió rápido la técnica: "Enseguida lo aprendí, porque con el dedo, fíjate", cuenta sobre el fácil manejo.
Dos años después de que la idea tomara forma, el teléfono Maximiliana ya está en manos de 1.000 mayores. El móvil es controlado a través de una aplicación por uno de los familiares. Se puede ver la "ubicación exacta" de nuestro abuelo o abuela, ver la "batería" que les queda y, entre otras posibilidades, incluye una llamada de emergencia: basta con agitarlo dos veces y ya salta el aviso de que algo pasa.
Los abuelos y nietos pueden sentirse muy cerca. El proyecto ha tomado forma e incluso la compañía cuenta con su propia 'community manager', 'Conchita', que gestiona las redes sociales. "Solo con coger el móvil se enciende, no hay que hacer nada", señala en un documento sobre cómo utilizar Maximiliana. Un diseño ideal para facilitar las cosas.