Una de las lluvias de meteoros más activas del año está a punto de dar la bienvenida al 2023. Se trata de las Cuadrántidas, que permitirán observar más de 120 estrellas fugaces en tan solo una hora las primeras noches del año.
La lluvia de las Cuadrántidas se produce cada año entre el 28 de diciembre y el 12 de enero, y su momento de máxima actividad sucede hacia el 3 de enero, cuando cruzan el cielo más de 120 meteoros por hora a una velocidad de 41 kilómetros por segundo. Es, junto a las Perseidas de agosto y las Gemínidas de diciembre, la lluvia de estrellas más activa del año.
Lo primero que debemos tener en cuenta para la observación de las Cuadrántidas son las condiciones del cielo. Influye en su visibilidad la situación meteorológica, es decir, si hay nubes o está despejado, pero también el brillo de la Luna.
Por desgracia, el 2023 será un mal año para la observación de las Cuadrántidas, puesto que su momento de máxima actividad se espera durante las primeras horas del 4 de enero, tan solo tres días antes de la luna llena (el plenilunio tendrá lugar el día 7 de enero).
A primera hora de la mañana, en las horas cercanas al amanecer, el radiante de la lluvia de estrellas se encontrará más alto en el cielo y la Luna desaparecerá por el horizonte, por lo que será la mejor oportunidad para ver los meteoros.
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión, aconsejan desde el Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional).
Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad. Dada la época del año, es imprescindible ir bien abrigado.
Generalmente, las lluvias de meteoros provienen de restos de partículas de cometas. Cuando estos objetos giran alrededor del Sol, el polvo que emiten se esparce gradualmente en un rastro polvoriento alrededor de sus órbitas. Cada año, la Tierra pasa a través de estos rastros de escombros, lo que permite que los fragmentos choquen con nuestra atmósfera, donde se desintegran para crear vetas de fuego y colores en el cielo, lo explican desde la NASA.
Pero las Cuadrántidas, a diferencia de la mayoría de las lluvias de meteoros, se originan en un asteroide: el asteroide 2003 EH1. Al menos, esa es la teoría predominante, puesto que su origen no está del todo claro. Este asteroide fue descubierto en el año 2003, y se cree que está relacionado con el cometa extinto C\1490 Y1.
Su radiante, es decir, el punto en el cielo del que parecen provenir las Cuadrántidas, es una constelación obsoleta llamada "Quadrans Muralis", cerca de la cola de la Osa Mayor.