El regreso a la Tierra de la cápsula Orion, a mediados de semana, ha marcado uno de los momentos más emocionantes de 2022. La primera parte de la misión Artemis concluyó sobre las aguas del Pacífico después de poner a prueba el escudo protector de Orion. La diosa Artemisa, hermana gemela de Apolo, será la encargada de culminar la gesta de volver a la Luna, algo que puede ocurrir en 2025. Y después, Marte.
Casi al mismo tiempo, desde un laboratorio de California llegaba al mundo la noticia de que se había dado un paso histórico hacia una fuente inagotable de energía con la fusión nuclear. Se había conseguido generar un 50% más de energía de la necesaria para iniciar el proceso atómico. Ni más ni menos que la piedra filosofal. Quedaba así abierta la vía hacia una energía limpia y sin fin, como la de las estrellas, capaz de desarrollar los sueños de la humanidad sin acabar con el planeta.
Desgraciadamente, algunos efectos causados por el ser humano y su voracidad energética, están provocando ya severas alteraciones climatológicas y meteorológicas. La tercera gran noticia de la semana ha llegado por ahí. La Agencia Espacial Europea ha puesto en órbita la última generación de satélites para la vigilancia del tiempo: MTG-I1. La versión más sofisticada de Meteosat permitirá limitar los daños provocados por los fenómenos atmosféricos más adversos y facilitará datos inestimables durante las próximas dos décadas.
La concatenación de buenas noticias científicas y tecnológicas es el hilo conductor de este nuevo capítulo del videopodcast A ver si me he enterado, conducido por Miguel Ángel Oliver. En esta ocasión, conversará con Víctor Esteban, periodista de NIUS apasionado en este campo, y con Rosemary Alker, licenciada en Ciencias Físicas y subdirectora del departamento de información meteorológica de Mediaset. Juntos celebrarán las buenas noticias que nos aporta este final de 2022 para concluir que, en la mayoría de los desafíos de la humanidad, la clave de todo es apostar por la ciencia.