Vacunas contra el cáncer: ¿cómo serán y cuándo llegarán?
Hay varios ensayos en curso de vacunas de ARN mensajero contra el cáncer: Moderna acaba de anunciar resultados de sus ensayos en fase 2 contra el melanoma
Su objetivo no es evitar el cáncer, sino estimular al sistema inmune para combatirlo: "Hacer que reaccione, no contra un patógeno en concreto, sino contra el cáncer”
Serán vacunas personalizadas y, eventualmente, curativas: “Se trata de parar el crecimiento del tumor, de reducirlo, de matar a las células cancerígenas. Eventualmente eliminarlo, curar”
Vacunas terapéuticas, no preventivas, personalizadas y probablemente caras. De eso hablamos cuando hablamos de vacunas contra el cáncer. Vacunas como la que ensaya Moderna contra el melanoma, que acaba de anunciar resultados de su ensayo en fase 2. O como las que ensaya también BioNtech, que prometen estar listas antes de 2030. Vacunas de ARN mensajero para las que no habrá que esperar mucho.
“Asumiendo que todo vaya bien, no va a haber que esperar tanto. En tres, cuatro o cinco años debería haber salido alguna”, advierte Fernando Peláez, director del Programa de Biotecnología del CNIO. “Yo diría que antes de 2030, seguro”. Pero advierte: “No es una vacuna preventiva”, no hablamos de evitar el cáncer. Hablamos de vacunas, sí, pero no de prevenir, sino de curar. De intentarlo, al menos.
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“Estamos acostumbrados a vacunas que previenen la infección por parte de algún patógeno, como la viruela, por ejemplo”. Pero cuando hablamos de vacunas y cáncer, se trata de “vacunas terapéuticas: cuando ya tienes cáncer, utilizas la vacuna”. ¿Por qué se llaman vacunas, entonces? “Porque la estrategia es la misma que en el resto: hacer que el sistema inmune reaccione. No contra un agente patógeno en concreto, sino contra el cáncer”.
Entrenar al sistema inmune contra el tumor, igual que se entrena contra la covid
“El objetivo es que el sistema inmune luche contra ese tumor y lo reduzca o lo elimine, como cualquier otro tratamiento contra el cáncer”, explica Peláez. Se trata de "añadir al armamento terapéutico que tenemos (radioterapia, quimioterapia y cirugía) una pata más, que serviría para curar el cáncer. La idea es reducir el tamaño del tumor hasta que desaparezca, o las metástasis en su caso”.
Se trata de hacer que el propio sistema inmune de cada persona pelee contra el cáncer hasta vencerlo. ¿Cómo? Como pelea contra los virus: conociendo al enemigo, primero, y atacándole después con armas específicas contra él.
“Cuando tú tienes un tumor, se genera porque hay células que funcionan mal. Y funcionan mal porque ciertas proteínas de esas células están alteradas, mutadas, son diferentes al resto. De lo que se trata es de conseguir que el sistema inmune reconozca esas proteínas diferentes, que sólo tienen esas células tumorales. La reacción del sistema inmune va a ir sólo contra ellas”.
Es decir, se trata de generar una respuesta específica contra esas proteínas. Si recuerdan cómo funcionan las vacunas ARNm contra la covid, las de Pfizer y Moderna, verán que el mecanismo es el mismo. El antígeno, "que es lo que inoculas y contra lo que el sistema inmune monta su respuesta", en las vacunas de la covid es la proteína S del coronavirus. En las del cáncer que se investigan actualmente, serán esas proteínas de los tumores. “En vez de codificar la proteína S, estas vacunas codifican proteínas tumorales. Y generan una respuesta contra esas proteínas, que va a ir rápidamente a los tumores”, resume Peláez.
Y esto, en cada paciente será distinto. Porque no hay dos tumores iguales, aunque hablemos del mismo tipo de cáncer. Es decir, las proteínas alteradas no serán las mismas. Esto implica que hablamos de vacunas totalmente personalizadas.
Vacunas personalizadas: no hay dos tumores iguales
“Son vacunas personalizadas, no un tratamiento estándar”, asegura Peláez. “Cada persona va a tener su vacuna”. Porque más que de un fármaco, “hablamos de un proceso”, advierte.
En la vacuna contra el cáncer que ensaya Moderna, por ejemplo, extraen datos de las células del paciente “para ver qué proteínas alteradas está produciendo, y en base a eso generan un ARNm que codifica esas proteínas, y eso es lo que te inoculan”. Una vez inoculadas, al presentárselas al sistema inmune, “las células inmunitarias empiezan a desarrollar su respuesta específica contra ese tumor”.
Peláez insiste en que “la vacuna se la tienen que hacer a medida a cada persona. Por mucho que sea un melanoma, en mi tumor y en el tuyo las proteínas mutadas que vamos a tener tú y yo son diferentes, y esas son las que tiene que reconocer el sistema inmune: las mías, no las tuyas”.
El tumor es distinto en cada persona. Y no sólo eso: cada respuesta inmune también es distinta. Es decir, que la vacuna tampoco va a ser igual de efectiva en todo el mundo. “Que la respuesta inmune sea mejor o peor va a depender también de las características de esa persona en concreto. En una persona mayor, por ejemplo, la respuesta será peor”.
Pero hay algo más. Si hablamos de vacunas personalizadas, ¿hablamos de un coste elevado? “Es difícil de predecir, pero yo sospecho que sí”, advierte el investigador. Porque no hablamos de vacunas como las de la covid, por ejemplo, que se pueden fabricar a gran escala. Son vacunas elaboradas a la medida del paciente.
Objetivo: curar el cáncer
Ya sabemos, por tanto, de qué hablamos cuando hablamos de vacunas terapéuticas para el cáncer. Pero ¿hablamos de curarlo? “Se trata de parar el crecimiento del tumor, de reducirlo, de matar a las células cancerígenas. Eventualmente eliminarlo, curar”, asegura Peláez.
Aunque ya sabemos que la respuesta, al igual que la vacuna, será distinta en cada persona. No sabemos si estas vacunas curarán el cáncer en todos los casos. “En unas personas sí, en otras no, dependerá de cada caso, pero la posibilidad existe”.
Otra pregunta abierta, de momento, es si estas vacunas se utilizarán sólo en los estadios iniciales del cáncer o también cuando están avanzados. Peláez cree que “igual que reconocen el tumor principal, también deberían ser capaces de reconocer metástasis. En teoría, deberían ser útiles para eliminar todas esas células incipientes que están intentando anidar. Deberían poder ser reconocidas por el sistema inmune”.
Es algo que determinarán los ensayos clínicos, por lo que habrá que esperar. De momento, en el de Moderna, por ejemplo, participaron 157 pacientes con melanoma en estadio III/IV, es decir, cuando ya hay metástasis. Y comprobaron que el riesgo de recaída o muerte se redujo en un 44%. Según avancen este y otros ensayos, se verá en qué fase del cáncer son más útiles. Moderna anuncia una fase 3 del ensayo de su vacuna contra el melanoma en 2023, que aportará más datos. Y aseguran también que ampliarán los ensayos a otros tipos de tumores.
Las vacunas de ARNm, las más prometedoras
Es probable que la de Moderna sea la primera de estas vacunas que llegue a comercializarse, aunque BioNTech lleva años trabajando en vacunas contra diferentes tipos de cáncer. De hecho, el cáncer era la diana original de sus investigaciones con la tecnología ARNm, pero tuvieron que reconducirlas hacia el SARS-CoV-2 cuando llegó la pandemia.
“Las vacunas contra el cáncer llevan muchos años en marcha, y con varios abordajes”, advierte Peláez. Explica, de hecho, que hay ya dos vacunas aprobadas, aunque utilizan otras técnicas. Se trata de Sipuleucel-T, contra el cáncer de próstata avanzado que ya no responde a la terapia hormonal. Y Talimogene laherparepvec, para tratar el melanoma avanzado, una vacuna producida a partir de un virus del herpes alterado en el laboratorio.
Pero “el abordaje de ARN mensajero es el más reciente, y el más directo”, asegura Peláez. El más prometedor, actualmente. Porque la pandemia ha dado un impulso importante a esta técnica y ha acelerado las vacunas en desarrollo. Tanto en el caso de BioNtech como en el caso de Moderna, los ensayos en marcha combinan vacunas de ARNm con inmunoterapia. Una combinación que puede dar un vuelco al futuro terapéutico del cáncer.