El hidrógeno comienza a ser la realidad del transporte por ferrocarril en Alemania. La guerra de Ucrania y los altos costes de los combustibles han impulsado lo que llaman la revolución de las energías limpias. Son seis los trenes propulsados a hidrógenos que cubren trayectos regulares en el noroeste de Alemania y son los primeros en el mundo.
Los seis trenes a hidrógeno han sustituido a los trenes diésel convencionales que hacían los trayectos funcionan en servicio regular entre Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehude. Los nuevos tranvías "circulan completamente libres de emisiones” gracias a una batería que llevan en el techo.
La empresa EVB (Eisenbahnverkehrsbetriebe Elbe Weser), sucesora de las líneas ferroviarias federales regionales y de tres empresas privadas de ferrocarriles ha mantenido el transporte durante más de 40 años en la región entre los ríos Elba y Weser.
Ahora, con los trenes propulsados por hidrógeno han completado la flota EVB y se han convertido en su buque insignia, fabricados por la empresa de ferrocarriles de Bremervörder-Osterholzer.
La compañía, que se encuentra en Baja Sajonia, se está financiando en este proyecto de movilidad sostenible en su mayor parte con fondos de financiación de la "Estrategia Nacional del Hidrógeno" del gobierno federal.
El hidrógeno se combina con el aire ambiente y esta reacción química libera energía, que la batería de combustible emite en forma de corriente eléctrica. Lo que se libera al ambiente es vapor de agua, que sale por la parte superior del tren.
Los trenes de hidrógeno alemanes repostan en una estación de servicio, donde se almacenan dos toneladas de hidrógeno, que procede de Stade, según explicó el director general de la empresa de ferrocarriles de Bremervörder-Osterholzer, Christoph Grimm.
"Stade es un importante centro de la industria química. Allí el hidrógeno es un subproducto". Descomponer el agua en sus elementos químicos consume una enorme cantidad de electricidad. Si la energía procede de centrales eléctricas de gas o carbón, como ocurre en el polígono industrial de Stade, se denomina hidrógeno gris.
La empresa alemana cree que en unos cuatro años instalarán turbinas eólicas y plantas fotovoltaicas cerca de la estación de trenes para producir hidrógeno verde.
Cada tren de hidrógeno tiene un depósito de 130 kilos y una batería de combustible para cada segmento con el que recorre unos 800 kilómetros diarios en servicio regular.
Muchos Gobiernos y empresas se preguntan si es mejor invertir en tecnología eléctrica o en el hidrógeno. La empresa alemana seguirá apostando por los trenes propulsados a hidrógeno y prevé que serán 14 trenes los que circularán antes del verano de 2023.
El próximo año, algunas líneas del tranvía regional de Fráncfort se convertirán al hidrógeno. En EVB ya reciben representantes de numerosos países que quieren ver cómo funciona un tren a hidrógeno.