Un avión espacial militar estadounidense no tripulado acaba de batir un récord tras pasar 908 días en órbita. El vehículo impulsado por energía solar construido por Boeing, llamado vehículo de prueba orbital (OTV) X-37B, aterrizó el sábado pasado en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en el estado de Florida.
El avión X-37B ha superado su récord anterior de 780 días en órbita en su sexto viaje, completando así más de 1.300 millones de millas (cerca de 2.100 millones de km) y 3.774 días en el espacio.
Durante su travesía por la órbita terrestre, el avión realiza experimentos para socios gubernamentales e industriales con la capacidad de devolverlos a la Tierra para su evaluación.
Por primera vez, el vehículo llevaba un módulo de servicio para aumentar la cantidad de cargas útiles que puede transportar. El módulo se separó del OTV antes de salir de órbita, lo que garantiza un aterrizaje seguro y exitoso.
“Esta misión destaca el enfoque de la Fuerza Espacial en la colaboración en la exploración espacial y la expansión del acceso de bajo costo al espacio para nuestros socios, dentro y fuera del Departamento de la Fuerza Aérea (DAF)”, ha dicho en un comunicado el Chance Saltzman, jefe de operaciones espaciales de Boeing.
La sexta misión se lanzó sobre un cohete United Launch Alliance Atlas V desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en mayo de 2020. Los experimentos organizados incluyeron un experimento de energía solar y un satélite denominado FalconSat-8, que permanece en órbita hoy.
Esta misión también acogió múltiples experimentos de la NASA, incluida la exposición de materiales y la innovación tecnológica en el espacio (METIS-2), que evaluó los efectos de la exposición espacial en varios materiales para validar y mejorar la precisión de los modelos del entorno espacial.
Este fue el segundo vuelo para este tipo de experimento. La Misión 6 también organizó un experimento de la NASA para evaluar los efectos de la exposición espacial de larga duración en las semillas. Este experimento informa la investigación destinada a futuras misiones interplanetarias y el establecimiento de bases permanentes en el espacio.
“Desde el primer lanzamiento del X-37B en 2010, ha batido récords y brindado a nuestra nación una capacidad inigualable para probar e integrar rápidamente nuevas tecnologías espaciales”, señala Jim Chilton, vicepresidente senior de Boeing Space and Launch.
“Con el módulo de servicio agregado, esto fue lo máximo que hemos llevado a la órbita en el X-37B y estamos orgullosos de haber podido probar esta capacidad nueva y flexible para el gobierno y sus socios de la industria”, concluye.