El estudio se acaba de publicar, este miércoles, en la prestigiosa revista Nature, y está firmado por científicos españoles. El biólogo Eduardo Batlle y su equipo del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) han conseguido caracterizar las células responsables de la recaída en el cáncer de colon, uno de los más agresivos, metastásicos y mortíferos.
“Este trabajo puede representar un antes y un después en el conocimiento del cáncer de colon metastásico", advierte Alberto J. Schumacher, jefe del Grupo de Oncología Molecular del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, en declaraciones a SMC España.
"Alrededor del 30-40% de los pacientes con cáncer colorrectal sometidos a resección curativa del tumor primario desarrollarán metástasis en los años siguientes", recuerdan los autores en el estudio. "Las terapias para prevenir la recaída de la enfermedad siguen siendo una necesidad médica insatisfecha. Aquí descubrimos la identidad y las características de las células tumorales residuales responsables de la recaída".
Batlle y su equipo han descubierto que "la mayoría de los genes asociados con un mal pronóstico se expresan en una población de células tumorales única que llamamos células de alta recaída (HRC)". Y esto es un hito en la investigación del cáncer, y más concretamente, de la metástasis, un proceso muy presente y muy letal en cánceres como el de colon.
"El cáncer es un crimen celular organizado. Desde hace varios años sabemos ya que no todas las células dentro de un tumor son iguales, que tienen jerarquías y pueden realizar tareas diferentes y complementarias", explica Schumacher. Pero ahora, "gracias a novedosas tecnologías que permiten estudiar dentro de un tumor qué genes se encuentran encendidos o apagados célula a célula, de manera individual, este equipo de científicos españoles liderados por Eduard Batlle ha identificado unas células de alta capacidad de recaída que son responsables de la aparición de metástasis en el hígado y el pulmón cuando se pensaba que el tumor primario estaba localizado y había sido totalmente extirpado".
Porque eso es lo que está pasando, en muchos casos de este tipo de cáncer. Que, aparentemente, ya no hay tumor, tras ser extirpado y tras someter al paciente a tratamiento, pero en los años siguientes aparece una metástasis en otros órganos. "Estas células son muy escasas y este trabajo nos alerta que están diseminadas en muchos pacientes en los que podríamos pensar que su tumor estaba muy localizado y se había eliminado con cirugía y los tratamientos actuales", comenta Schumacher.
"Este trabajo demuestra que un pequeño número de estas células HRC se puede encontrar ya presente en órganos distantes, como el hígado, en el momento de la cirugía y es responsable de producir la lesión metastásica", explica Lluís Espinosa, coordinador del Grupo de Investigación en Mecanismos Moleculares del Cáncer y de las Células Madre del IMIM-Hospital del Mar, en declaraciones a SMC España. “El estudio del grupo del Dr. Eduard Batlle es de una gran calidad y relevancia científica y clínica", advierte.
Los científicos han utilizado ratones en sus investigaciones, y han visto que "la ablación genética de células EMP1 altas evitó la recurrencia metastásica, y los ratones permanecieron libres de enfermedad después de la cirugía". Pero no sólo es importante el papel clave que juegan estas células en la metástasis, sino que además, esto abre la puerta a investigar una nueva forma de tratar este cáncer.
"Este trabajo aporta evidencias, basadas en modelos preclínicos, del potencial papel que podría tener la inmunoterapia en los tumores colorrectales más frecuentes", asegura a SMC España Cristina Santos, oncóloga médica en el Instituto Catalán de Oncología.
Y lo explica. "Utilizando modelos tumorales de cáncer colorrectal en ratón, demuestran que la eliminación de esta población de células HRC hace desaparecer en los ratones la generación de metástasis. Además, demuestran que las micrometástasis, que están enriquecidas en células HRC, tienen una mayor infiltración de linfocitos T, lo que sugiere que el uso de la inmunoterapia en fases iniciales podría mejorar notablemente la evolución de los pacientes de cáncer de colon". Aunque advierte: "Estas nuevas estrategias terapéuticas tendrían que ser validadas en los correspondientes ensayos clínicos".
Lluis Espinosa lo suscribe. "El hecho de que esta población de células pueda ser sensible a la inmunoterapia sugiere que los resultados obtenidos tendrán un gran impacto en la práctica clínica a muy corto plazo”. Aunque todos son muy cautelosos al respecto. Los resultados de Batlle son preclínicos, y al pasar a la clínica, puede que el resultado en humanos no siempre sea igual de exitoso que en animales.
Elena Élez, oncóloga en la Unidad de Cáncer de Colon del Hospital Vall d'Hebron, advierte, en declaraciones a SMC España: "Los resultados de esta investigación podrían suponer la base para desarrollar ensayos clínicos prospectivos destinados a responder esta hipótesis: que la inmunoterapia antes de la cirugía mejoraría el pronóstico, que se debe confirmar antes de implementar en la práctica clínica".
"Se trata de un estudio experimental en un modelo animal", subraya también en SMC España Ignacio Melero, catedrático de Inmunología de la Universidad de Navarra. "Aboga en favor de realizar ensayos clínicos en los que se aplique inmunoterapia preoperatoria a los pacientes con cáncer de colon, sobre todo con alto riesgo de tener micrometástasis. No sabemos si se confirmarán estos hallazgos y cuál será el balance riesgo-beneficio de la inmunoterapia".
Dicho esto, el trabajo de Batlle y su equipo es clave para entender mejor los mecanismos del cáncer y la metástasis. Y entender es clave para avanzar, para poder curar, en el futuro. "Curar es más urgente que entender, pero para curar es preciso entender", subraya Alberto J. Schumacher. "Este trabajo aporta conocimiento para comprender y evitar el fenómeno de las recaídas en pacientes de cáncer de colon que presentan en el momento del diagnóstico una enfermedad localizada".
El oncólogo advierte de que queda camino por delante. "Queda recorrido y trabajo por hacer para poder entender qué hace que estas células con alta capacidad de recidiva, una vez han viajado al hígado o al pulmón, se activen para formar metástasis. Se debe entender todavía cómo se originan estas células, qué condiciona su número y por qué varia su número entre pacientes".
Pero el trabajo de Batlle, además, ha utilizado una tecnología nueva para descubrir estas células, una técnica capaz de captar metástasis minúsculas para poder estudiarlas. "Se analizan las micrometástasis", destaca Melero, "descubriéndose que esas micrometástasis son sensibles a inmunoterapia, al no haber formado todavía un ambiente inmunosupresor que las proteja".
"Este trabajo nos recuerda que vivimos en un momento decisivo en la investigación oncológica, en el que se está alcanzando una tecnología y un nivel de conocimiento que permiten plantarle cara ya a muchos tipos de cánceres", zanja Scumacher.