Averiguan cómo el “animal inmortal” logra sobrevivir a la deshidratación durante décadas
Investigadores japoneses averiguan cómo los tardígrados, unos animales diminutos, sobreviven a la deshidratación durante décadas
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Unos animales diminutos llamados tardígrados son el caso más parecido a la inmortalidad que conoce la ciencia hasta ahora. Se sabía que podían sobrevivir a temperaturas extremas e incluso a la radiación del espacio, pero ahora hemos descubierto que también aguantan la deshidratación durante décadas gracias a unas proteínas únicas que no se encuentran en ningún otro animal de la Tierra.
Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, pueden sobrevivir en entornos muy hostiles o incluso fatales para la mayoría de las formas de vida.
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Los tardígrados fabrican un gel para sobrevivir a la deshidratación
Por primera vez, biólogos de la Universidad de Tokio describen un nuevo mecanismo que explica cómo algunos tardígrados pueden soportar la deshidratación extrema sin morir: fabricando una especie de gel durante la deshidratación celular. Sus resultados se publican en la revista PLOS Biology.
Este gel se endurece para apoyar y proteger las células del estrés mecánico que, de otro modo, las mataría. También se ha demostrado que estas proteínas funcionan en células de insectos e incluso muestran una funcionalidad limitada en células cultivadas humanas.
Los tardígrados pequeños pero matones. Su extraña habilidad para sobrevivir en situaciones que aniquilarían a la mayoría de los organismos fascina a los científicos. Uno podría imaginar fácilmente que al descifrar sus secretos, podríamos aplicar el conocimiento a nosotros mismos para hacer que los humanos sean más resistentes a las temperaturas extremas, las presiones e incluso la deshidratación.
Los tardígrados pueden vivir sin agua durante décadas
“Aunque el agua es esencial para toda la vida que conocemos, algunos tardígrados pueden vivir sin ella potencialmente durante décadas. El truco está en cómo sus células lidian con este estrés durante el proceso de deshidratación”, dice en un comunicado Takekazu Kunieda que ha dirigido el estudio de la Universidad de Tokio.
“Se cree que cuando el agua sale de una célula, algún tipo de proteína debe ayudar a la célula a mantener la fuerza física para evitar colapsar sobre sí misma. Después de probar varios tipos diferentes, hemos descubierto que las proteínas solubles en calor abundantes en el citoplasma (CAHS), exclusivas de los tardígrados, son responsables de proteger sus células contra la deshidratación”.
Investigaciones recientes sobre las proteínas CAHS revelan que pueden detectar cuándo la célula que las encapsula se deshidrata, y ahí es cuando entran en acción. Las proteínas CAHS forman filamentos similares a un gel a medida que se secan. Estos forman redes que soportan la forma de la célula a medida que pierde su agua.
El proceso es reversible, por lo que a medida que las células tardígradas se rehidratan, los filamentos retroceden a un ritmo que no provoca un estrés indebido en la célula. Curiosamente, sin embargo, las proteínas exhibieron el mismo tipo de acción incluso cuando se aislaron de células tardígradas.
“Todo sobre los tardígrados es fascinante. La gama extrema de entornos en los que algunas especies pueden sobrevivir nos lleva a explorar estructuras y mecanismos nunca antes vistos. Para un biólogo, este campo es una mina de oro”, concluye Kunieda.