La palabra “pandemia” podría ser más usada de lo que nos gustaría por las futuras generaciones. El cambio climático, la globalización y la destrucción de ecosistemas está aumentando el riesgo de que surjan nuevas zoonosis que pueden derivar en una situación como la que estamos viviendo con la covid-19. Enfermedades graves como el Zika podrían llegar a España en los próximos años.
“Si no ponemos de inmediato las medidas oportunas, nos encaminamos a la era de las pandemias y las zoonosis recurrentes”, alerta Sergio Monge, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla). “Es urgente que la Sanidad Ambiental se coloque como prioridad absoluta en la agenda mundial y se aborde este problema desde un enfoque transversal que abarque la salud humana, la salud animal y la salud medioambiental”.
El papel que juegan los vectores en la transmisión de zoonosis es clave. De hecho, hasta la mitad de las que se conocen actualmente están causadas por vectores como los mosquitos, las garrapatas, las ratas, etcétera. Y no es un dato descartable si tenemos en cuenta que hasta el 75 % de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los humanos tienen origen animal. Un porcentaje que podría incrementarse en los próximos años si la tendencia sigue como hasta ahora.
Por otro lado, y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades de transmisión vectorial están provocando en la actualidad más de 700.000 muertes cada año en todo el mundo. La mayoría de ellas, causadas por la picadura de “simples” mosquitos que, a pesar de su ínfimo tamaño, son considerados como los animales más letales del mundo, con capacidad para transmitir enfermedades tan peligrosas como la Malaria, el Zika, el Dengue o el Chikungunya, entre otras muchas.
“Es importante que nos adelantemos y trabajemos la prevención”, afirma Jorge Galván, director general de Anecpla. “Hay enfermedades muy graves que hasta hace poco nos sonaban muy ajenas en España y de las que, sin embargo, hemos empezado a sufrir ya importantes brotes, como fue el caso de la Fiebre del Nilo Occidental que acabó con la vida en 2020 de ocho personas o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, que afectó en el mismo año a cuatro personas, una de las cuales falleció”, recuerda.
Estas enfermedades son transmitidas por el mosquito común (Culex pipiens) y la garrapata, respectivamente, especies con una elevada presencia en nuestro país.
Otro de los ámbitos que se ven amenazados de pleno es el de la seguridad alimentaria, en el que la gestión de plagas juega una labor determinante. Y es que algunas de las enfermedades más comunes en este sentido, como son la Salmonella, la Toxoplasmosis, la listeria o el E. Coli, entre otras, son transmitidas por vectores como las ratas, los ratones, las cucarachas o algunos insectos voladores, con gran presencia en la industria alimentaria y el sector de la restauración.
Según datos de la OMS, las enfermedades de transmisión alimentaria afectan cada año a una de cada 10 personas y provocan la pérdida de hasta 33 millones de años de vida saludable. Muchas de ellas pueden ser mortales, especialmente en menores de 5 años. De hecho, de las más de 420.000 personas que mueren cada año en el mundo a consecuencia de este tipo de enfermedades, un tercio de ellas son niños, alertan desde Anecpla.