Una rana más pequeña que una moneda y una serpiente con los colores de la bandera de Bolivia están entre las 20 nuevas especies descubiertas en los Andes. Una expedición dirigida por científicos de 'Conservation International' se ha adentrado en las tripas de la cordillera más grande de América del Sur y ha dado con animales y plantas nunca antes vistas o que se daban por extintas. El emocionante hallazgo se ha producido en un paisaje de 'bosque nuboso'.
La ambiciosa expedición al valle de Zongo ha durado 14 días "por el terreno accidentado, los bosques nubosos y las cascadas del Zongo", ha dicho el biólogo Trond Larsen del Programa de Evaluación Rápida (RAP) de Conservation International, que ha participado en la ruta.
Los bosques nubosos son paisajes húmedos, generalmente en la montaña, de carácter tropical o subtropical, donde la niebla se concentra y la vegetación abunda. El continente donde más se encuentra este tipo de ecosistema es América del Sur, por eso los investigadores de esta organización sabían que recorrer el conocido como “el corazón” de los Andes no resultaría en vano. Lo más curioso de este espacio natural es que se encuentra a apenas 50 kilómetros de la bulliciosa La Paz.
Parte del motivo de la expedición, además de ahondar en la riqueza del valle del Zongo, era la protección de su biodiversidad. Aunque el ruido de las zonas urbanas próximas no parecer minar el hábitat de los animales de esta zona de los Andes, sí lo hace la explotación agrícola. Poner en valor la fauna, esperan, servirá para alejar esta industria, lo cual ha llevado a participar a su vez a la comunidad local Huaylipaya.
Trond Larsen, director fundador de la Amazon Conservation Association, y sus acompañantes en la expedición han catalogado más de 1.200 especies en total, 770 de las cuales nunca habían sido vistas en esta parte del mundo antes. Vemos las más curiosas:
La víbora de montaña llamada ‘fer-de-lance’.
La serpiente de bandera boliviana, cuyo nombre se debe a sus característicos colores rojo, amarillo y verde.
La rana liliputiente ‘bien camuflada’ que, dicen, mide unos 10 milímetros de largo y se encuentra entre las más diminutas del mundo.
La rana ‘ojos de diablo’, que ya se conocía pero llevaba 20 años sin verse en el valle del Zongo, por lo que no sabían si darían con ella.
La abeja orquídea, que posee una larga lengua con la que recolecta el néctar y posee unos colores muy llamativos.