Quim asciende con diez años a la liga profesional de tenis de mesa para cubrir una baja por covid
El jugador que tenía que jugar en el primer equipo dio positivo por Covid a pocas horas del partido
"Pensé que era una oportunidad muy grande y tenía que aprovecharla", relata la joven promesa de Sabadell (Barcelona)
Quim es uno de los tres mejores jugadores de tenis de mesa de la categoría benjamín en Cataluña
La imagen de Quim en un partido junto a sus compañeros de la División de Honor habla por sí sola. Pese a la evidente diferencia de altura y edad, Quim dio la talla en el primer equipo del CN Sabadell (Barcelona).
Tiene 10 años y lleva media vida jugando al tenis de mesa, desde los cinco, pero nunca pensó que le tocaría debutar tan pronto en el equipo profesional del club, "donde juegan los mejores".
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Fue algo improvisado, repentino y de última hora. Un jugador del equipo profesional del club dio positivo el mismo día en el que se disputaba el partido contra el Hortitec Alzira. Eran las 9 de la mañana del pasado domingo 16 de enero. Quedaban solo dos horas para el encuentro. El reloj se puso en marcha para encontrar al mejor sustituto de este club de tenis de mesa.
A Quim le tocaba jugar con su equipo, en segunda territorial, en las instalaciones del club. "Pensé que era una oportunidad muy grande y que tenía que aprovecharla", relata el joven cuando recuerda el momento en el que su entrenador le llamó para darle la noticia.
Reconoce que le pasaron muchas cosas por la cabeza: "Estaba muy nervioso, no sabía qué podía pasar, qué resultado haríamos". Quim jugó todo el partido, contra rivales que le multiplicaban la edad y la talla; y aunque el resultado no fue el más deseado para los suyos, perdieron 2 a 4, el marcador fue lo menos importante del día.
También lo reconoce su entrenador, Àlex Bocanegre, que asegura que la incertidumbre debido a las bajas por Covid, con la variante ómicron, están revolucionando sus alineaciones constantemente: "Un día un jugador sale negativo y a las pocas horas te dice que es positivo, tienes que reaccionar muy rápido".
La Covid-19 le colocó en la pista del primer equipo
El mínimo de jugadores para poder disputar un partido de tenis de mesa es de tres. Ese día en la División de Honor del club eran solo dos, así que Quim fue imprescindible para que no se diera el partido por perdido al CN Sabadell. Algo que el grupo no se puede permitir: "Se encuentra en fase de permanencia", ocupando el quinto puesto de la clasificación.
La Covid-19 le colocó en la pista, pero también sus méritos. Así lo asegura Bocanegre, que lleva más de tres años entrenando al pequeño y acompañándole en sus mejoras: "Cuando entrena y compite se deja la piel".
De hecho, no es la primera vez que Quim asciende a la División de Honor del CN Sabadell. Durante la temporada pasada, también en plena pandemia de coronavirus, hubo un brote en el club y tuvieron que confinar a varios jugadores. Para salvar el partido, ese día Quim jugó al lado de su padre y de su hermano de 12 años.
Queda claro que la afición al tenis de mesa le viene de familia. El padre de Quim lleva años entrenando en este club que ahora sus dos hijos también llevan en el corazón. "La pandemia hizo que se decantaran por el tenis de mesa", explica Joan Barberà, padre del pequeño.
"El futbol era el deporte rey en nuestra casa", pero los meses de confinamiento hicieron que tanto Quim como su hermano, dos años mayor, decidieran dedicar más tiempo de entreno al pimpón. Ahora, este pequeño de 10 años ha pasado de entrenar un día por semana a hacerlo "mucho más en serio" y un mínimo de tres veces.
Él lo tiene claro, de mayor quiere ser arquitecto porque "me encanta utilizar la regla y hacer las cosas perfectas". Reconoce que le encantaría volver a jugar en el primer equipo de su club. Eso sí, espera que esta vez "no sea por un imprevisto sino por mis méritos", sentencia la pequeña promesa de Sabadell.