Dos detenidos tras hallar 84 animales robados que murieron en una granja irregular de Constantí, Tarragona
Descubren en una finca irregular de Tarragona restos mortales de 84 ovejas y cabras que fueron robadas
17 explotaciones ganaderas de dos comarcas catalanas y otras provincias fueron víctimas de los robos
El dueño de un restaurante usaba el lugar para el sacrificio del ganado, destinado a consumo, sin medidas higiénicas
Una inspección minuciosa en una granja irregular de Constantí (Tarragona) ha permitido descubrir que allí habían muerto 84 animales robados de otras explotaciones ganaderas. Los Mossos d'Esquadra detuvieron a dos hombres.
A uno, de 58 años, se le acusa de maltrato animal y receptación, mientras que al otro, de 72 años, sólo del segundo delito citado. Se encargaba de la finca registrada y de guardar allí el ganado procedente de los robos.
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Los agentes destaparon una trama que estaba vinculada al propietario de un restaurante ubicado en Tarragona. Según averiguaron, esta persona junto a otro individuo, de 68 años y que ha sido también investigado, recibían a los animales sustraídos.
Se quedaban en esas instalaciones sin licencia, al cuidado de otro varón y a disposición de ambos implicados en el caso. El dueño del bar usaba ese lugar para el sacrificio de ovejas y corderos, sin ninguna medida higiénica ni control veterinario.
Es decir, incumplía la normativa existente sobre la matanza, la conservación y el transporte de productos destinados a su consumo. En el momento de desarrollarse el primer operativo policial en la granja, encontraron a 14 cabras y corderos vivos todavía.
Eso fue durante las labores de los agentes entre los días 6 y 11 de marzo. Igualmente, localizaron elementos identificadores de 19 animales fallecidos ya. Había un espacio que solían utilizar para sacrificarlos, en muy deficientes condiciones.
Robos en 17 explotaciones de Tarragona y otras provincias
Los Mossos observaron en varios puntos del terreno indicios de enterramientos de restos de más animales. Por ello, trasladaron maquinaria pesada que permitiese realizar una segunda inspección más profunda para desenterrar hasta 65 en total.
Análisis posteriores concluyeron que procedían de 17 explotaciones ganaderas diferentes, de donde habían sido robados. Principalmente, de las comarcas de Campo de Tarragona y las Tierras del Ebro.
Pero también de dos fincas de las provincias de Castellón y Murcia. La principal hipótesis es que la presión policial a raíz de iniciarse investigaciones por varias denuncias alertó al que recibía a los animales sustraídos en Constantí.
No quiso hacerse cargo más de ellos y los ladrones tuvieron que abandonarlos. El caso todavía sigue abierto precisamente para localizar a los autores materiales de los robos de ganado.
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