La víctima de una violación en el Poble Espanyol de Barcelona en 2023: "Creía que eran mis últimos momentos"
La Fiscalía pide 19 años y medio de prisión para el acusado y acusa a la aseguradora del recinto como responsable civil directa
La víctima ha declarado en la primera sesión del juicio que dio las gracias al acusado por no matarla tras la agresión sexual
Una joven de 19 años sufre una brutal agresión sexual en un local de ocio nocturno en Barcelona
La víctima de una agresión sexual en el Poble Espanyol de Barcelona durante la madrugada del 11 de marzo de 2023 ha declarado que, tras la brutal violación, dio las gracias al acusado por no matarla: "Creía que eran mis últimos momentos y recé a Dios".
Así lo ha manifestado durante la primera sesión del juicio que ha comenzado este miércoles en la Sección 7 de la Audiencia Provincial de Barcelona y que continuará el jueves, en el que la joven ha declarado desde otra sala para evitar la confrontación visual con el procesado y asistida por un intérprete.
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La chica, que es de nacionalidad estadounidense y en el momento de los hechos tenía 19 años y estudiaba en Barcelona, ha explicado que salió con unas amigas a la discoteca Input, ubicada en el Poble Espanyol, y que un trabajador del local la invitó a salir a través de una puerta de emergencia a la zona trasera para fumar en el exterior y que, al tratarse de personal del club, obedeció.
En busca de una salida
Una vez fuera, ella ha relatado que él empezó a tocarla y ella se apartó y le dijo que la dejara, momento en el que él cerró la puerta de emergencia y ella ya no pudo volver a entrar al interior de la sala porque estaba "bloqueada" y solo podía abrirse desde dentro.
La víctima ha explicado que él echó a correr y la dejó sola en el interior del recinto del Poble Espanyol y sin posibilidad de volver a entrar en la discoteca, por lo que abrió la aplicación Google Maps para buscar una salida: "Fui caminando en diferentes direcciones en las que ponía que podría salir, pero estaba todo cerrado. En este punto empezaba a tener miedo, así que llamé a mi amiga por teléfono".
Fue mientras caminaba hacia una de las puertas con esperanza de poder salir cuando se topó con el procesado --al que ha reconocido en una fotografía que se le ha mostrado durante la vista oral-- que apareció frente a ella sosteniendo una piedra sobre su cabeza: "Yo le dije 'por favor no' y empecé a gritar".
Lo siguiente que recuerda es que su móvil salió volando, que ella cayó al suelo y que, aunque perdió la conciencia durante un momento, se despertó sintiendo golpes con la roca en su cabeza y, posteriormente, supo que la violaría.
Oportunidad de sobrevivir
La víctima ha descrito con un minucioso detalle la brutal agresión sexual y después ha recordado que escuchó al procesado alejándose y que creyó que tendría la oportunidad de sobrevivir, así que se incorporó y, cuando él saltó la valla para salir del recinto con su bolso y su móvil, ella echó a correr hacia la discoteca.
Pese a que estaba sangrando y mareada, golpeó con una piedra la puerta de emergencia de Input por la que había salido hasta que un cliente la oyó y, al verla sangrando, avisó al personal de seguridad.
Uno de los vigilantes del Poble Espanyol ha recordado que se la encontró llorando "a lágrima viva" y que tenía una herida en la cabeza de la que manaba sangre, mientras que el responsable de Input ha asegurado que se aplicó el protocolo del Ayuntamiento de Barcelona para agresiones sexuales.
El trabajador de la discoteca niega tocamientos
El trabajador de Input con el que la chica salió al exterior, que ha declarado en calidad de testigo, se ha excusado diciendo que sólo trabajó en la sala 10 o 15 días y que no sabía que esa era una puerta de emergencia ni que solo se podía abrir desde la parte de dentro, aunque la acusación particular, que ejerce la abogada Olga Tubau, le ha preguntado si colocó un palo o una piedra para evitar que se cerrara y poder volver a entrar él, dejándola sola en el exterior.
Él ha dicho que no lo recuerda, que la chica salió sin pedírselo, que "no recuerda" haberla tocado y que él volvió al interior de la discoteca después de fumar y ella se quedó fuera porque no lo entendía, según su declaración, y ha añadido que no conocía las normas de la discoteca ni es personal de seguridad.
Sin oportunidad de defenderse
El instructor de las diligencias de los Mossos d'Esquadra ha expresado que, en las imágenes de las cámaras de seguridad del Poble Espanyol se ve a la chica "desorientada" buscando una salida y el momento de la agresión, sin que ella tenga oportunidad de defenderse.
Ha añadido que, posteriormente, el procesado usó la tarjeta de transporte sustraída a la víctima, que fue hasta la Florida (L'Hospitalet de Llobregat) y que la víctima lo reconoció en las imágenes del metro; ha añadido que tiene antecedentes por delitos "violentos" como lesiones, amenazas y violencia doméstica y que una de sus detenciones se efectuó a 50 metros del lugar de la violación, por lo que actuó en una zona conocida.
La defensa de la víctima no niega la autoría de los hechos, pues el pasaporte de la chica y su bolso fueron localizados en la casa del procesado, pero durante el turno de cuestiones previas ha modificado su escrito de conclusiones provisionales para solicitar una eximente por motivos psiquiátricos basándose en un informe pericial.
Acusan a la aseguradora
La Fiscalía pide 19 años y medio de prisión para el acusado: 12 por la agresión sexual, 4 por un delito de lesiones y 3 años y 6 meses por el robo con violencia del móvil y del bolso de la chica, en el que tenía su pasaporte; también pide que la indemnice con más de 69.000 euros por los daños morales, las lesiones y el perjuicio estético causado.
También acusa a la aseguradora del Poble Espanyol de Barcelona, Allianz, como responsable civil directa a que indemnice a la víctima al considerar que la empresa no adoptó "las medidas de seguridad y vigilancia suficientes y necesarias para detectar la intrusión y presencia ilegítima del procesado" ni para proteger a sus clientes.
Además, como responsables civiles subsidiarios acusa al Poble Espanyol y a la mercantil que gestiona la discoteca Input, cuyas respectivas defensas han tratado de demostrar la responsabilidad de la otra en estos hechos incidiendo en la señalización de la puerta de emergencia y la seguridad del recinto en sus preguntas a los testigos.
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